XXI concurso E. León Jimenes Reafirmaciones y emergencias

<p>XXI concurso E. León Jimenes Reafirmaciones y emergencias</p>

POR AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
Ante el enrarecido panorama de la indolencia patria, la entrega persistente ha sido y es el único signo de la apuesta pionera de la familia León Asencio por el alma y las expresiones más auténticas de la dominicanidad.

Una apuesta histórica y presente en favor de la preservación de nuestro  patrimonio cultural; un impulso definitivo a la educación artística y a la diversidad creativa, así como un diálogo multidisciplinario y esencial sobre la ardua realidad artística  dominicana  de la actualidad, sostienen los programas y proyectos que  desarrolla desde hace más de tres años el Centro León.

En este diálogo, en ocasiones he preferido la opción del observador silencioso, evitando, o más bien, tratando de practicar una fuga de cierta actitud puramente instintiva que entre nosotros se petrifica en las celebraciones del honor y en las lamentaciones  de los que han dado y recibido las patadas. Es el instinto pospremiación que renueva las contradicciones del diálogo, la  necesidad de profundizar más allá del fuego instantáneo de la diatriba, más allá de la polémica instintiva.

 El restablecimiento de la valoración de las distintas categorías artísticas, la ampliación de los formatos para las obras bi y tridimensionales y el aumento de la dotación (RD$300.000.00 para el Gran Premio y RD$200.000.00 para cada uno de los premios igualitarios), destacan especialmente entre las nuevas mutaciones de las bases para esta última convocatoria. Así, la celebración de la XXl edición del Concurso de Arte Eduardo León Jimenes reafirma el compromiso del Grupo León Jimenes con la protección de las esencias identitarias de su pueblo y con la  misma “conciencia ausente” del mecenazgo artístico en la sociedad dominicana contemporánea.

La organización del certamen bianual constituye un elemento integral de los programas del Centro Cultural León Jimenes. Como ya es tradición desde 1964, las notas más notables fueron el entusiasmo, la rigurosidad organizativa institucional, la emergencia de las nuevas visiones, la especie de escenario de  “torre de babel” provocado por las decisiones de los jueces, así como el inminente “pataleo” de los olvidados, el comentario desprevenido y la misma  respuesta de la “crítica ahogada”.

 Próximo a la fecha de entrega, el equipo organizador, encabezado por Rafael Emilio Yunén, Ángela García y Sara Hermann, ideó un novedoso programa de formación y motivación para los nuevos creadores a través de una serie de conferencias, talleres y clínicas sobre instalación, cerámica, grabado, videocreación, obras específicas y sesiones de pensamiento crítico, impartidas por reconocidos artistas y especialistas como Pepon Osorio, José Alejandro Restrepo, Thimo Pimentel, Carmelo Sobrino, Laura Gil, Eva Grinstein, Paula Gómez Jorge, Sara Hermann y Walo Araujo.

El Jurado de Selección, integrado por Myrna Guerrero, artista visual y secretaria de la sección dominicana de AICA, Silvia Karman Cubina, directora de The Moore Space en Miami, y Ruth Auerbach, directora de la Sala Mendoza en Caracas, Venezuela, evaluó 595 obras de 259 artistas participantes, seleccionando 79 trabajos de 59 autores: 25 pinturas, 22 fotografías, 15 dibujos, 8 instalaciones y 4 videos. La valoración de la “calidad y originalidad de las propuestas, así como la capacidad de las obras de ampliar su propio lenguaje”, se establecieron como criterios orientadores.

El Jurado de Premiación, integrado por María Elena Ditrén, directora del Museo de Arte Moderno de la República Dominicana, Rocío Aranda-Alvarado, curadora del Jersey City Museum y Carlos Palacios, curador de la Fundación Cisneros, otorgó por unanimidad el Gran Premio del XXl Concurso E. León Jimenes a la artista Raquel Paiewonsky por su obra fotográfica “Sin título”, en la que aborda con humor y lucidez nuestras contradicciones psicohistóricas e identitarias.

Los jueces otorgaron premios igualitarios en Instalación a “Afro”, meditada, precisa y expansiva metáfora  de la violencia que toca a la juventud en el espacio urbano del Caribe contemporáneo, del reconocido Jorge Pineda; en Pintura a  “La palabra Callada Xll”, de Fernando Varela; en  Escultura a “Fenotipo”, graciosa propuesta como sutil “economía poética” del emergente Marco Giuseppe Riggio Fernández; en Dibujo a “Ton-tom tómbola”, de la reafirmada Ines Tolentino, así como a “Neo-Verónica”, video de “novisino” Joan Alberdy Padilla.

Asimismo, dicho jurado dejó desiertas las categorías de  Fotografía y Cerámica y concedió Menciones de Honor a Lilve Karina García por su fotografía “C-13A”; a Johnny Bonnelly por su escultura “Arte po po pular”; a María Román por su serie de dibujos “Una isla invadida” y a Rafael Pérez-Chepe- por su fresca y resistente pintura cargada de humor e ironía titulada “Aves no voladoras”.

El despliegue de las obras seleccionadas y premiadas, con diseño museográfico efectivo a cargo de  José M. Antunano y Sara Hermann, se presenta desde el 19 de octubre del 2006 hasta principios del 2007 en la Sala de Artes Visuales del Centro León en Santiago de los Caballeros. En esta edición, los resultados globales certifican convicciones y permiten vislumbrar el advenimiento de poéticas alternativas y de nuevas opciones perceptivas. Pero, el acierto definitivo del evento habría que apreciarlo en su plena efectividad representativa: edición renovada del certamen-exposición más importante  auspiciado por el sector privado del país y la siempre esperada oportunidad para el lúdico disfrute, para la difusión, la confrontación y el análisis de la  producción simbólica dominicana de estos fulgurantes, atractivos, hipermiméticos y polisintéticos umbrales del siglo XXl.

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