¡XXVIII BIENAL NACIONAL DE ARTES VISUALES Éxtasis y reflexiones inevitables!

¡XXVIII BIENAL NACIONAL DE ARTES VISUALES Éxtasis y reflexiones inevitables!

Ocupando las cuatro plantas del MAM, la XXVIII Bienal Nacional de Artes Visuales está dedicada al maestro Fernando Peña Defilló (1928), reconocido desde hace más de cuatro décadas como uno de los primeros pintores iberoamericanos en exponer en importantes galerías y museos de Madrid, París y Londres, ciudades en las que vivió y expuso su obra entre 1951 y 1963.

Celebración, éxtasis y agradecimientos inevitables. Desconciertos, triste confusión, “remeneos” (mejor que “pataleos”, reafirmaciones y otros “espasmos” reflexivos, vuelven a provocar en el ambiente cultural dominicano los resultados del veredicto del gran jurado y el jurado de premiación de la XXVIII Bienal Nacional de Artes Visuales, inaugurada la noche del pasado domingo 16 de agosto en el Museo de Arte Moderno.

El acto inaugural estuvo encabezado por el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, Odalis G. Pérez, Jorge Severino, Michele Dalmace (miembros del jurado), Gamal Michelén, Carlos Santos Durán (miembros del comité organizador) y Manuel Hazoury, presidente de la Fundación Fernando Peña Defilló, artista homenajeado en esta XXVIII edición del evento por su fructífera trayectoria creadora y por sus significativos aportes al desarrollo de las artes plásticas dominicanas de la modernidad.

En su discurso de apertura, José Antonio Rodríguez nos advierte que “Como cada bienal tiene su realidad y contexto, esta vigesimoctava ha roto todas las expectativas de participación, mostrando que no solo el Estado está dispuesto a proteger y preservar este necesario espacio ganado por las artes en la República Dominicana, sino que los propios artistas han volcado todo su entusiasmo y talento en hacer de este evento uno de alto nivel artístico y estético”…

Sobre la zona umbilical de este párrafo no estoy muy seguro, pero el final es pura “experiencia religiosa” ante el despliegue espectacular de la exposición de las 231 obras seleccionadas y premiadas. Como responsable de este despliegue brillante y definitivamente enriquecedor se reafirma la arquitecta y museógrafa Ingrid González, siempre sostenida puntualmente con esmero por el incansable “equipo de apoyo” del MAM.

El jurado selector de la XXVIII Bienal Nacional ha estado integrado por la Arq. Amelia Soto, el Dr. Odalís G. Pérez, director de posgrado de la Facultad de Artes de la UASD, y Mayra Johnson, artista visual, creadora del Festival Internacional Photoimagen y de la Fundación Imagen 83 para el desarrollo y la difusión de la Fotografía Dominicana. El jurado de premiación estuvo integrado por los reconocidos artistas dominicanos Jorge Severino y Danilo de los Santos y por Michèle Dalmace, catedrática en la Universidad Bordeaux Montaigne, Francia.

El Gran Jurado, compuesto por los jurados de selección y premiación, ha concedido el Gran Premio Bienal, máximo galardón del certamen, que incluye un Diploma de Honor y una dotación de RD$ 500,000.00, al destacado artista vegano Raúl Tamayo Morilla por su videoinstalación titulada “Claustro para el Edén”, por su “persistencia en el oficio y, sobre todo, por la unidad de los temas, visiones y conjunciones estéticas de su arte; la contemporaneidad en el uso de los signos, imágenes y núcleos visuales”…

En la categoría Acciones Plásticas, el jurado premió a Joán Jiménez por su performance “Microcosmos VI”, mientras que en Cerámica el premio fue para “Solo azul”, de Cristian Tiburcio. La escultura vuelve a ser traspasada por la espada “Zatoichi” de los jueces desprevenidos al premiar una especie de inminente “mamotreto” titulado “M3”, de Delio García. Y más extraviados seguirían los jueces si confrontamos el embeleco con las esculturas de Johnny Bonnelly, Limber Vilorio, Eliu Almonte, Genaro Reyes-Cayuco- y Clara Herrera, por solo citar algunos de los seleccionados que se esmeraron en su objetivo de revitalizar la práctica escultórica en nuestro país.

En Dibujo, el premio fue para Magno Laracuente por su obra titulada “Vaina mía”. En Fotografía, la obra premiada es “Heredad”, de Angelita Casals. En Instalación, el premio ha resultado una de las sorpresas más agradables y positivas de esta XXVIII edición de la Bienal Nacional, ya que con su obra “Saudade”, Ginny Taulé Paiewonsky emerge con una propuesta de especial sensibilidad poética y conmovedora capacidad metafórica.

En Obra Gráfica, el premio fue para “La pena que nos une (Serie Feminicidio)”, de Julio César Peña. En Pintura fue para “Desplazamiento involuntario” de Carlos Baret. Mientras que en Video y/o multimedia, el galardón fue para el veterano Martín López por “Luna Klolousky”. Estos nueve premios conllevan un Diploma de Honor y una dotación económica de RD$250,000.00. El jurado de premiación también otorgó menciones de honor a Guadalupe Rodríguez Ortega por su fotografía “Cada cabeza es un mundo”; Inés Tolentino por su dibujo titulado “En un soplo” (tríptico)” y Raúl Recio por su la obra gráfica “Dominicón: un baño de pueblo en gráfica”.

Así, a la hora del inicio de los espasmos reflexivos sobre los resultados de la 28 Bienal Nacional de Artes Visuales, la crítica, los investigadores, los estudiosos de la cultura y los mismos artistas, tienen plena libertad para señalar y considerar cuestiones tales como los excesos del jurado de selección, los extravíos del jurado de premiación o la situación de la educación artística y la creatividad en nuestro. En el caso del jurado de premiación, no hay manera de redimirle y habría que reclamarle resultados distintos ante obras como las de Iris Pérez, Limber Vilorio, Miguel Ramírez, Leonardo Durán, Rosalba Hernández, Jesús Desangles, Lucía Méndez, Aquiles Azar Billini, Mario José Angeles, Junior Reyes Ocre, Dustin Muñoz, Miguel Pineda, Dionisio de la Paz y Héctor Ledesma.

En las próximas entregas, intentaremos un recorrido crítico, anotando las categorías y participaciones más importantes de esta 28 Bienal. Mientras tanto, se impone consignar el importante aporte a la bienal de Tony Capellán como único invitado especial. Además, la Bienal incluye la exposición antológica titulada “Fernando Peña Defilló: Diálogo Insular”, curada por Marianne de Tolentino, Michelle Ricardo y Alex Martínez y la cual ocupa los dos niveles de la Galería Nacional del Palacio de Bellas Artes. Tanto la magna muestra de la Bienal como la exposición homenaje a Papo Peña Defilló, estarán abiertas hasta mediados de noviembre, soportadas por un programa de eventos paralelos que incluye coloquios, conferencias, visitas guiadas, encuentros, talleres y conciertos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas