Después de la nefasta sentencia del Tribunal Superior Electoral (TSE), le dije al presidente de mi partido Ing. Miguel Vargas Maldonado una expresión pueblerina muy popular “no hay mal que por bien, no venga” a raíz de ese acontecimiento vino una movilización a todos los niveles orgánicos del PRD.
Los resultados de esta activación no se hicieron esperar, reunión de la Comisión Política del Comité Ejecutivo Nacional en dos ocasiones, reunión del Comité Ejecutivo Nacional acogiendo bueno y validó todas las resoluciones emanadas de la CP y el mandato a la Convención Extraordinaria para el 12 de mayo del 2019.
Cabe resaltar que estas acciones se han realizado cuidando cada detalle procedimental, contando en todos los escenarios con la supervisión del órgano competente en esa materia según la Ley Orgánica de Régimen Electoral No 15-19, la JCE.
Partiendo de esta convocatoria a Convención Extraordinaria para la modificación del estatuto comienza la dinamización del partido.
La Secretaria Nacional de Modernización entrega a la Comisión de Reforma Estatutaria el proyecto de reforma, adaptando los estatutos a las legislaciones actúales llámese Ley de Partidos, agrupaciones y movimientos políticos, No 33-18, Ley Orgánica de Régimen Electoral No 15-19 y la más reciente decisión del Tribunal Constitucional. Haciendo del PRD el primer partido de la RD en presentar la reforma estatutaria más moderna y actualizada.
Siguiendo cada paso según la constitución, las leyes y el estatuto partidario, más de 350 comités municipales y distritales, todas las secretarías, frentes de masas y secciónales en el exterior han hechos sus asambleas para escoger sus delegados y cada una de ella certificada por notarios públicos.
El domingo 12 de mayo con un quórum de 76.24% de 2,874 delegados representando la soberanía partidaria se dieron cita en el pabellón de voleibol del centro olímpico Juan Pablo Duarte, donde ejercieron su derecho, el cual ha sido vulnerado en el pasado por tres jueces del Tribunal Superior Electoral.
Solo me queda decirle al pueblo dominicano. Hemos cumplido con todo, para tener un partido, fuerte, con disciplina, en armonía y crecimiento, sin odios, ni rencores, para posicionarnos en el corazón de cada uno de los dominicanos y dominicanas, y lo estamos logrando, con la gracia de Dios, la conducción del sólido liderazgo de nuestro presidente Miguel Vargas y la decisión inquebrantable de toda su dirigencia.
Y al TSE solo me queda preguntarle: ¿y ahora qué?