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Ya estamos cansados de oír muchas expresiones de ciudadanos sobre cómo resolver los problemas nacionales, pero nadie hasta ahora nos ha ofrecido una solución satisfactoria. Estamos más que conscientes de esta realidad, pero sabemos también que todos nuestros gobernantes, por conveniencia, han ido aplazando los ajustes que debemos llevar a cabo en nuestra economía y por eso siguen pendientes desde hace años. También sabemos que nuestro problema fundamental son los ingresos fiscales, pero estos ni en los próximos cinco años podemos esperar grandes aumentos de ingresos por la poca actividad comercial y económica, por tanto hay que parar los préstamos y reducir las deudas aún cuando esto último es una solución muy difícil, y ahora, ¿Qué vamos a hacer? cuando es necesario reducir las cargas tributarias y estimular el empleo, pues estamos en un momento que es preciso aplacar la irritación ciudadana ocasionada por múltiples situaciones genuinas o con características de corrupción política muy bien instrumentada y tratar de poner remedio a esto último resulta difícil al Gobierno mejor intencionado que pueda existir y además los ciudadanos no están capacitados, y por otra parte está muy animada la actividad electoral de los peledeístas.

Y los mejores expertos del Gobierno están muy equivocados en los datos que ofrecen a la prensa, basados en estadísticas maquilladas por personas sin los mejores conocimientos, y hay que darse cuenta que sus estimaciones no son percibidas por todos los dominicanos, pues vienen hablando de un déficit público que está muy por encima de lo que están queriendo que asimilemos y eso tampoco es verdad. Luego, qué podremos hacer sin interrumpir el Gobierno que tenemos, pues vienen castigando el peso dominicano con deudas del país que pueden hacer que la economía haga una crisis, que desaparezca nuestra soberanía e ignoramos cómo evitarla.