En casa, todos tenemos un “sofá todoterreno”. Ese que más que un asiento, es nuestra butaca de sesiones de cine, el rincón favorito para leer, descansar, echar una breve siesta… el lugar predilecto de los niños para hacer las tareas, cenar, ver muñequitos, la zona de reunión por excelencia… ese sillón que es testigo silente de gratos momentos compartidos en familia y con los amigos.
Es por todo esto que se hace necesario elegir uno que esté preparado para ajustarse a infinidad de funciones y “aguantar un sinnúmero de pesos” día a día sin que se deteriore rápida y notablemente.
Su elección se convierte en una decisión clave para la que conviene estar muy bien informado.
De acuerdo al portal de decoración elmueble.com lo primero que debemos hacer antes de comprar nuestro “sofá todoterreno” es saber las medidas del salón donde será colocado, su distribución y, aunque pueda parecer obvio decirlo, cuántas personas lo utilizarán a diario.
Una vez en la tienda, es importante tomarse tiempo para probar diferentes modelos, siempre teniendo en cuenta que para que un sofá sea cómodo, no debe ser ni blando ni duro.
“Para ello, los rellenos deben ser de calidad. Aun así, como norma general el respaldo debe ser más blando que el asiento”, se indica en el portal.
De igual modo, para asegurar la comodidad, un sofá debe cumplir tres condiciones que puedes comprobar en la tienda:

1. Al sentarse, las caderas nunca deben quedar más hundidas que las rodillas para que no te cueste incorporarte.

2. Al apoyar la espalda contra el respaldo, debes poder apoyar los pies en el suelo.

3. Con la espalda apoyada en el respaldo, la parte baja de ésta debe quedarte protegida evitando que el cuerpo se deslice hacia abajo.

Color. Es importante seleccionar un sofá de un color que aguante bien el avance del tiempo, adaptándose al paso de las modas sin necesidad de tener que cambiarlo periódicamente.