Quienes no creen en Dios no lo verán de esta manera, pero dicen por ahí que no fue casualidad el asunto de los tres mítines de cierre de campaña y los tres días de lluvia justo para las horas cruciales y discursiales de los tres principales candidatos de nuestra presente folclórica contienda electoral. Esto me recuerda una especie de refrán que hace tiempo oí: “Dios dispone, el hombre pone y el agua lo descompone”. Y es que al fin y al cabo es la voluntad divina la que decide.

La cosa es que para el mitin (término que viene de “meeting”, que quiere decir reunión en Inglés) del PRD, pasado el medio día se le organizó un frente de agua a Hipólito que hizo disminuir la concurrencia al encuentro en el Puente de la 17. En muchos parajes las aguas y vientos tumbaron árboles que llegaron a obstaculizar el paso de vehículos impidiéndoles llegar a tiempo. Otros prefirieron no arriesgar sus pulmones al catarro. Sin embargo, parece que nadie pensó que había una voluntad divina que algo tenía en contra de los blancos.

Pero si Dios tenía algo contra los blancos no quiso decir la lluvia que éste divino ser tenía alguna simpatía por los morados. Porque para el mitin de Leonel volvió a organizarse otro frente de agua para la misma hora “y por la misma emisora” que le hizo otro tanto a las tropas violetas. Esta vez a Dios no le importó que el color morado el color de la penitencia fuera uno de los preferidos de la liturgia cristiana católica, les mandó agua como para dejar bien claro que si no estaba con el blanco mucho menos lo estaba con el morado.

Para el tercer día se organizó de nuevo el frente de agua y todo presagiaba que de nuevo se vaciarían las cubetas celestiales, esta vez contra los colorados, pero no ocurrió así, no porque Dios haya tenido preferencia por los colorados, sino porque cuando ya los arcángeles se alistaban para abrir las llaves divinas el ojo del creador atisbó que las huestes reformistas se estaban disolviendo por sí solas, mucho antes de que el actual “máximo líder” terminara su discurso.

Sin embargo, estas señales no han bastado para mostrar la disconformidad del Creador con el manejo político de la República Dominicana. De manera que ya vendrán señales más serias. ¡Están avisados!

[b]Entre Karina y las elecciones[/b]

Para este domingo 16 de mayo dos cosas importantes van a ocurrir: las elecciones presidenciales y la actuación de Karina Pasian en Roma. Las elecciones presidenciales ya son muy conocidas, pero no así Karina Pasian.

Karina es una niña de 12 años calificada como “niña prodigio” (a menos que las feministas digan que tiene que ser “prodigia”). Es cantante, pero de la pseudocalidad que conocemos aquí. Karina Pasian posee un registro vocal poco usual, además de que puede cantar en Español, Ruso, Inglés e Italiano. Es hija de padres dominicanos, pianista y ballerina. Protegida de Quincy Jones y pupila de la profesora rusa Olga Musatov.

El tema viene a las tablas porque el mismo 16 de mayo Karina Pasian va a cantar a dúo con Andrea Bocelli, pero además participarán Elton John, Lionel Richie, Alicia Keys, Stevie Wonder, Prince, Ophra Winfrey, Juanes, Norah Jones, Maná, Beyoncé, Billy Joel, Justin Timberlake y Sting.

Ahora me gustaría saber, ¿quién pudiendo no dejaría las elecciones del carajo éstas y se iría para Roma a ver a Karina Pasian, hija de dominicanos, junto a semejante grupo?

Yo, por mi parte, estaré solo pendiente de “We are the Future”, como se titula el concierto que tendrá a Roma como sede.

[b]La carretera política[/b]

Tres asociaciones de ideas tenemos aquí con relación a las elecciones de hoy 16 de mayo: la carretera política, la carrera política y la carreta política.

Como vemos en estos días, la carretera política ha sido notablemente relevada por la presencia de vallas, banderas, bandereos, patanas, camiones, automóviles dedicados a la campaña electoral, todo producto de lo que se conoce como la “carrera política”.

Esta la carrera política , viene a ser la profesión a la que se han enganchado un cada vez mayor número de buscadores con el propósito de resolver sus necesidades y las de sus familiares más próximos, mientras “boronean” sus seguidores del entorno. Un ejemplo más que elocuente de ello es el conjunto de buscadores conocido como Cámara de Diputados, grupo de personas que se representan a sí mismos en el Congreso Nacional, divorciados totalmente de las necesidades de la población que les vota en elecciones congresuales.

Y por último tenemos la carreta política. Esta es la más vieja y lenta institución dominicana. La carreta política marcha lenta, cansada, sobrecargada y agobiada por sus ocupantes: los políticos, gente de la que todo el mundo está harto, pero de los que parece no haber manera de deshacerse.

Las carreta política encuentra cada cuatro años en la carretera política una especie de “policía acostado” conocido como elecciones, que tiene que sortear de alguna manera, pero nunca de la misma. Y cada vez que se encuentra con este “policía acostado” es como si fuera la primera vez, debiendo cambiar todas las reglas y hacerlo todo como nuevo, como si nunca se hubiera hecho. Resultado claro de los inventos de la carrera política.

Cañaverales del olvidoLa caña fue en un tiempo la solución a los problemas económicos de la República Dominicana. Y como la caña era la solución, todos los esfuerzos del Estado se embarcaron junto con la caña de azúcar, arrasando de paso con nuestros recursos naturales nativos y endémicos que no tenían que ver nada con ésta, puesto que la caña fue una planta introducida.

Tiempo después, con el desplome de la economía azucarera, la República Dominicana se abalanza sedienta sobre la próxima solución económica a todos sus problemas: el turismo.

Ahora, el turismo, como “enfant terrible”, como niño malcriado, exige que se le entreguen todos los recursos que dejó intocables la economía azucarera. El turismo quiere todas las playas del país, los parques nacionales, las reservas forestales, las reservas científicas, los corredores ecológicos y todo lo que pueda significar algo para el manejo turístico.

Nada nuevo. Los políticos vuelven a plantearle al país que la solución de sus problemas es la solución aparente, la que se ve a pocos metros y años, igual como pasó con la economía maderera (que acabó con el 80 por ciento de nuestros bosques), con la economía minera (que destruyó y contaminó importantes sitios naturales del país), y la economía azucarera, que hipotecó al país y degeneró en recurso clientelista de los partidos políticos.

Y aun así, pasando por esos cañaverales de olvido la gente no lo recuerda, no lo sabe, no le dijeron que nuestra única y real economía es la que depende de nuestros recursos naturales, porque el turismo también pasará.