Y haréis justicia

Y haréis justicia

La sociedad dominicana debe respaldar con entusiasmo la iniciativa de varias fundaciones patrióticas, de presentar formal querella contra personeros de la tiranía de Rafael Trujillo que participaron en muertes, desapariciones y torturas contra opositores a aquel régimen de oprobio y sangre que se enquistó en nuestro país 31 largos años.

Una premisa válida para apoyar esta gestión es que ningún crimen debe quedar impune, y mucho menos aquellos que se cometen por intolerancia política desde un poder público usurpado.

 Consignar estos crímenes en la historia no puede ser la única sanción contra quienes se valieron de autoridad y poder para suprimir vidas y conculcar derechos.

No puede ser que vivan impunes y orondos quienes llevaron dolor y luto no sólo a los familiares y allegados de los antitrujillistas caídos, sino que clavaron en el alma de nuestra sociedad una  daga de terror y  opresión sin límites.

Hace tiempo que ha debido hacerse este ejercicio para aprovechar los medios institucionales para perseguir y castigar a quienes se prestaron, algunos hasta por una aberrante convicción, a hacer causa común con un régimen sanguinario como el de Rafael Trujillo.

Para los fines de la Justicia, estos crímenes no pueden lucir como atenuados y erosionados por el paso del tiempo, pues al tratarse de actos de lesa humanidad y lesa patria, hay que tenerlos presente como si se estuviesen produciendo en estos tiempos.

En esa virtud, el Ministerio Público, que ya ha iniciado sus investigaciones, y la Judicatura, que se encargará de escudriñar en los hechos para establecer las culpas que correspondan, tienen sobre sus hombros una responsabilidad patriótica que debe ejercerse sin que los polvos del tiempo y el olvido puedan fecundar impunidad.

El tiempo pasado desde que se cometieron esos actos de horror hasta nuestros días nunca será suficiente para borrar de la memoria de nuestra sociedad el dolor causado.

Que se repartan los castigos merecidos entre todos los que así se ensañaron contra hijos de esta  patria, sin importar que actuaran por comisión, convicción o sumisión, y haréis justicia.

 Democracia

Los tres principales partidos políticos del país han agotado ya uno de los procedimientos requeridos para entrar en la competencia que deberá culminar con la elección, el 16 de mayo de 2008, del Presidente y el Vicepresidente de la República.

Quedan por llenar este requisito fuerzas minoritarias que aún conociendo sus debilidades en cuanto a capacidad de convocatoria, participan en la competencia democrática con candidaturas propias.

Otras organizaciones de la misma categoría se abstienen de participar en este proceso y prefieren negociar alianzas con partidos más numerosos, y esa es parte también de la democracia.

Agotado este requisito, enriquecería aún más nuestra democracia que los candidatos presidenciales seleccionados hasta ahora estén prestos al debate público de sus distintas ofertas, y que sus puntos de vista se refieran a los problemas reales que tienen los dominicanos.

Una de las causas de pérdida de prestigio de los partidos políticos es la pobreza de sus postulados y el hecho de que los problemas medulares son tomados como simples catapultas para buscar el poder y que suelen olvidarse una vez alcanzado el objetivo.

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