¿Cuándo reclaman solidaridad hacia los más necesitados, no le resulta dramáticamente brutal que a pueblos enteros se les impida adquirir insumos imprescindibles para evitar muertes evitables? ¿Objetivos geopolíticos más importantes que la vida bajo gobiernos que pretenden derrocar o someter?

¿Si sanciones sistemáticamente cuestionadas bajo un orden internacional burlado por quienes demandan que otros se ajusten a él, no es momento para que organismos internacionales y gobiernos de naciones que se precian de cultas y democráticas, asuman responsabilidades ante pueblos condenados al desamparo por gobiernos indolentemente obsesionados con condenar y castigar?

¿Hablan de derechos humanos callando ante barbaries insólitas como evitar que Cuba reciba donaciones médicas y sanitarias desde China en tanto otras naciones, desarrolladas y ricas, las reciben, incluyendo EEUU? ¿Los preocupados por la “crisis humanitaria” en Venezuela, nada dicen frente a necesidades urgentes de adquirir recursos imprescindibles para la pandemia que también le ataca pero no le permiten acceso, aunque fuese a una parte, de miles de millones congelados por EEUU?

¿No sería pertinente que el “presidente encargado” que oye, y se supone es oído, desde la Casa Blanca, piense en el quebranto de su pueblo y reclame liberen fondos aunque no sea quien los maneje y no pueda hacer política con ellos? ¿No es más importante pensar en salud, más que en ventajas coyunturales, y bienestar de pueblos que tienen derecho a disfrutar del sol, mientras algunos disfrutan de ese sol en ciudades “soleadas”?

¿Ante las vicisitudes epidémicas del pueblo iraní no debiera Europa, que dice mantenerse en el acuerdo nuclear, hacer sentir su voz de condena, o al menos, si le falta valor, criticar la desolación que vive ese pueblo? ¿Acaso el “Viejo Continente”, de naciones ricas pero muy vapuleadas por la pandemia, recibiendo contribuciones necesarias no puede pensar en países abandonados, maltratados y sancionados? ¿Pregonando por cooperación y solidaridad porque insistir en acusaciones, ofensas y agresiones contra China? ¿Aun si fuese cierto que sus cifras estén infra calculadas, puede concluirse intencional y no producto de la magnitud del desafío ante el que se estaba?

¿Si se reconoce que ese es el problema en otros países con “disparidades aritméticas”, de quienes dicen saber contar mejor, no puede haber sido también el problema de Beijing, como advierte la OMS? ¿Quiénes y cómo calculan esas diferencias? ¿No se sorprende usted cuando oye decir que los “observadores” discrepan de los datos? ¿Informes de inteligencia? ¿Es una broma? ¿No es momento de que todos pensemos racionalmente?

¿La obsesión con las cifras chinas es porque sus 3 mil muertos no fueron suficientes para alertar o no se concibe que tenga mejores resultados? ¿Olvidamos que la crisis surgió en China en diciembre y que cuando en enero apareció en EEUU el presidente estuvo 45 días minimizando el problema? ¿Si hay un responsable, es Xi Jinping o Trump?

¿Qué de las conspiraciones? ¿Cuándo empezarán a cuestionar las cifras de Cuba? ¿Tropas para desviar la atención u otro Panamá 1989? ¿Alguien ha oído al Embajador chino opinar sobre asuntos internos como hacen otros? ¿Aplicar la ley por violar el toque de queda, y no a los que hablaron a destiempo de “cientos de casos” y “toque de queda total”, generando pánico?