¿Y por qué ahora andamos por un  camino tan gris?

¿Y por qué ahora andamos por un  camino tan gris?

Hoy me dio por mirar atrás.  Y de repente, por esa obsesión de pasar balance a nuestra vida, reparé en que lo mucho que han cambiado los colores de nuestra cotidianidad: de ser alegres, llenos de vida, han pasado a ser grises.

Si no es sangre, es incertidumbre. Cada día, o cada pocos días, hay un asesinato dramático o un rumor que nos desestabiliza. Nadie se siente seguro y lo que antes provocaba risa, porque lo dábamos por imposible, ahora se convierte en noticia mucho antes confirmarlo.

Nunca la República Dominicana había sido protagonista de tantas muertes violentas. No sé si es por la edad, que nos hace más conscientes, pero jamás había sentido que caminamos directo al despeñadero.

Sé muy bien que hemos tenido picos de violencia en el pasado. Sin embargo, los de ahora son más frecuentes y dramáticos.  ¿Lo peor?  Todo indica que los asesinatos se reproducen por el crimen organizado.

Nadie puede negar que el imperio de la droga se va consolidando en nuestro país. Desde las bandas de narcotraficantes hasta los casos de sicariato hablan de lo que está sucediendo. Mientras tanto, la mayoría calla o mira a un lado.

Pocos parecen mirar con profundidad o seriedad la situación. Lo peligroso de eso es que puede pasar lo mismo que con el tránsito: el problema se tomó a la ligera, como si se tratase de simples deslices que cometían los conductores, y ahora el irrespeto a la ley desborda la capacidad de las autoridades.

Urge que se tomen medidas para garantizar la seguridad ciudadana. No hagamos del horror y el terror un estilo de vida.

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