A partir del año 2005, en el país se empezó a articular un extraordinario plan de acción contra la corrupción conocido sólo como La Lucha.
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) reunió organizaciones y personalidades para aunar esfuerzos, planes y estrategias que redujeran el desvío de los fondos públicos.
Se logró medir el tamaño de este mal, pues en el 2006 se determinó que los hogares dominicanos pagaron más de 6 mil millones de pesos en macuteos.
Se estimó que esto equivalía al 2% del total de la deuda externa, el 0.3% del PIB, el 38% de la deuda con el FMI, el 27% del presupuesto de Salud y el 31% del de Educación.
El estudio indicó, además, que con esos recursos se construiría y equiparían 179 centros hospitalarios de 30 camas y a un valor de 35 millones cada uno.
Por otro lado, se podría cubrir el salario de 10 mil maestros por cinco años a un salario de RD$10 mil mensuales.
En el año 2008 se determinó que la corrupción en el país era rampante, con un índice de un 3% con relación al mundo. Se dijo, entonces, que aquí había muchas leyes y programas de lucha, pero que no había avance en el terreno de la realidad.
Para entonces se hablaba del Plan Renove, la Sun Land, el Metro y los cupones del gas.
El sondeo del 2008 de la Gallup reveló que el 81.8% de los ciudadanos consideró al país como corrupto o muy corrupto y que el 94.4% no la denunció.
Unas 300 organizaciones se unieron a combatir este mal gracias al estimulo de USAID.
Hoy no hay seguimiento, presencia ni articulación de esas entidades y del esfuerzo iniciado.
¿Qué ha pasado?