La finalidad de un partido político en el sistema democrático es alcanzar el poder por medio de las elecciones, hacer un excelente gobierno y mantenerse en el poder. Una característica  de democracia en los partidos es la de alternar sus dirigentes y funcionarios, entre otras, para la necesaria movilidad social y generacional.

 Al parecer, el PLD quiere mantenerse en el poder sin hacer  un gobierno aceptablemente bueno y, mucho menos, alternar sus dirigentes y funcionarios, rompiendo una de las reglas de oro de la democracia.

 El PRD por el contrario, ha dado muestras, desde sus inicios en las lides políticas en el país, de luchar por la democracia y la libertad. No hay que dudarlo, pues ha sido la organización que más presidentes de partido ha tenido, así como líderes que han alcanzado a ser presidentes del país cada vez que el partido  ha ganado las elecciones nacionales. Juan Bosch, Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco e Hipólito Mejía son  muestras palpables de lo que acabamos de plantear.

 Ante esta historia gloriosa del partido a nosotros no nos queda más que preguntarnos ¿Qué esperamos para unificarnos en estos momentos cruciales que el país atraviesa por la más profunda crisis económica que jamás haya tenido?

 La grave crisis económica que el gobierno del PLD y Leonel Fernández han establecido en el país, y la imposición   antidemocrática de una reforma fiscal que el pueblo ha bautizado como el “Paquetazo Fiscal” que ha puesto en marcha  el  gobierno de Danilo Medina, está recibiendo el rechazo de todo el pueblo, y, de manera especial de la clase media, tanto a  nivel nacional  como de su diáspora  internacional.

La clase media ha iniciado estas protestas, porque es la más consciente del peso de las penalizaciones  que le quiere imponer el gobierno a sus ciudadanos. Ciudadanos que, por supuesto,   no han tenido la culpa del malgasto y el derroche que funcionarios del gobierno del PLD anterior realizaran en detrimento del desarrollo del país y para beneficio  de sus intereses personales

Consideramos que estas protestas deben llevar al gobierno y  al presidente Medina a considerar la modificación  del paquetazo. En palabras más llanas, buscar otras soluciones menos onerosas para la población y evitar así conflictos de  ingobernabilidad innecesarios.

  De no obtemperar los reclamos populares de modificación al paquete, es posible que las protestas se fortalezcan  a partir de enero  cuando se inicien las recaudaciones además y de otras penalidades que, de seguro, impondrá el Fondo Monetario Internacional.

El hecho de que las protestas actuales no han sido estimuladas por los partidos políticos, que han sido producto de la espontaneidad de la clase media, en especial de los jóvenes que tienen algún oficio y estudios universitarios, debe llamar a reflexión al gobierno peledeísta. Esto así,  porque al aumentar la inflación concomitantemente con la reducción de los salarios, llevará a concitar el apoyo de los más débiles social y económicamente que son la  mayoría en la población.

  Es por eso que nos preguntamos ¿por qué nuestros dirigentes del PRD no están buscando la unidad del partido para conducir estas protestas por el sendero más conveniente para las grandes mayorías y cónsonas con el sentimiento popular?

Reiteramos que el futuro del PRD radicará en su unidad temprana para su recomposición en todos los órdenes; para  conducir correctamente las luchas que se avecinan, y para que la población se sienta confiada en un partido que vele por sus mejores intereses. De lo contrario, caerá como otros tantos partidos que han desaparecido por incomprensión de la sociedad a que están en la obligación de representar.