¿Y qué tiene de malo un renove?

¿Y qué tiene de malo un renove?

POR  DOMINGO ABRÉU COLLADO
Renovar nunca ha sido malo. Renovarse es necesario, es más, renovar es revolucionar. Entonces, ¿qué tiene de malo un renove de vez en cuando? Yo no creo que nadie merezca ser metido preso por estar de acuerdo con renovar, mucho menos si el renove era total.

Al grano. ¿Quién no está de acuerdo con el renove de los carros? ¡Oh! ¿renovar la flotilla de la casa?: vender el Toyota para comprar dos Mercedes; salir del “Land Cruiser” 2000 para comprar dos “Land Cruiser” del 2004; regalar el Renault de la hija para entregarle una BMW; botarle el Mazdita a la querida para regalarle una Ford Explorer; y… naturalmente, distribuirle dos o tres docenas de “garzas” a los compañeritos de la base.

No existe persona alguna que no quiera un renove de la casa. ¡Ahhhhh!, una casa nueva y más grande, con más habitaciones, más pisos, más alfombras, más puertas de caoba, cedro y ébano verde. Una casa con las lámparas renovadas y en todas las habitaciones, colgando del techo los iluminados bronces y cristales en lágrimas. Renove de ventanas… más ventanas para mirar jardines renovados también. Un renove de la piscina: más larga, más iluminada, con mejores filtros, calentador y música subacuática.

¿Y el renove del guardarropas?: renovar y ampliar todos los closets, colocarles extractores de polvo y luces frías que enciendan al abrir las puertas, renovarle las gavetas: pino por cedro y ampliar la zapateras. Entonces, y solo entonces, entrarle al renove de la ropa: “donar” toda la ropa del año pasado a la beneficencia y a los danmificados, renovar el juego de trajes, incluyendo la colección de blancos para las tomas de posesión, renovar la ropa “sport” con la última línea “Dior”, un renove de la colección de corbatas que vaya con un renove también de la colección de correas.

Pero un renove de la casa no puede ir sin un renove del mobiliario. Así que continua el renove con tres nuevos juegos de muebles para las tres nuevas salas; tres juegos de comedor para los tres comedores: el comedor de lujo, el comedor de artes y el comedor de comer. ¿Y el renove de la cocina? ¡Ahí si que hay renovar! Todo más renovado que nuevo: tres refrigeradores, dos cocinas “full-kitchen”, tres “microwaves” y pare de contar, porque nos vamos con el renove de la diversión.

¡Ah, la diversión!, hay que renovarla también. Renovar el juego de televisores: todos en pantalla plana, uno para cada habitación y tamaño “home theater”; computadoras (¿quién dijo que las computadoras son para trabajar?) para el renove informático y cibernético de cada habitante de la casa. ¿Y el renove del patio? Pues a renovarlo también, más grande, un renove de las canchas de basquet y las mesas de ping-pong…

En fin, ¿a quién no le gustaría un renove así?

¿CONTRA VIENTO Y MAREA?

Por la costa este, la que bordea a Higuey, se pueden ver escenas como estas. Una casa campesina (o más bien, pescadora) presenta los mismos efectos del viento que el árbol más próximo.

Pero no solamente es el árbol más próximo el que presenta esos efectos. Lo mismo ocurre con una miríada de árboles cercanos a la costa, todos “peinados” por efecto de la fuerza del viento, que poco a poco les va imponiendo cierto “gobierno” sin permitirle retroceder ni una pulgada.

Sin embargo, los árboles saben cómo jugársela. Evitan que la fuerza del viento les deshoje reforzando el pedúnculo que les une a las ramas y agrupándose para orientar hojas y ramas en la dirección del viento, para no ir contra éste.

No hace lo mismo la casa que vemos en la foto. Esta, por años, ha ido contra el viento, y quien sabe si contra la marea también. La cosa es que no le ha ido tan bien como al árbol, pues no estaba en los planes del constructor de la casa el que asumiera la posición que ahora presenta.

La casa, a diferencia del árbol, no es un ser vivo. Puede que guarde energías trasladadas hacia su interior por los seres humanos que la habitan. Pero esas energías no le permiten ir contra viento y marea, como hace el árbol. La casa, a diferencia del árbol, no puede elaborar estrategias de defensa como hace éste.

De manera que, aunque veamos tan similares las posiciones del árbol y la casa, no nos llamemos a engaño. El primero adopta esa posición para garantizar su integridad. La segunda es obligada por el viento a cambiar su estructura original. El árbol seguirá creciendo y fortaleciéndose. La casa será derribada, alguna vez, por el viento implacable, como ocurrirá con todo lo que el hombre ha construido… y el árbol seguirá por los siglos de los siglos.

TERRORISMO DOMINICANO

Otra vez llega el terrorismo que le pone a los cerdos la piel de gallina, a los pavos les eriza el pelo y a los pollos les da temblor de piernas. Nadie se escapa del terror, no hay cerdo que se sienta seguro ni pavo exento de culpa. Todos van al patíbulo, a la horca o al cuchillo.

Y aquí no hay “Amnistía” que valga. Aquí la ONU es puro papelamen. Aquí los derechos humanos no ceden ni un ápice si de derechos animales se trata. Quizás sean los “derechohumanistas” los más cerdófagos que existan. Vaya usted a saber.

Pero si usted cree que este terrorismo no afecta a la población humana póngase a encuestar a cuanta persona encuentre sobre sus expectativas para la próxima Navidad. Incluya en su legajo de preguntas algunas como éstas:

a) En una escala del uno a diez, ¿qué tan seguro está usted de que comerá cerdo el 24?

b) Si el doble le dará para comprar lo que compraba con el simple hace un año, ¿qué tan simple será pagar el doble por lo triple que lo pondrán los comerciantes?

c) ¿A qué clase media se considera usted perteneciente? 1) a la clase media baja; 2) a la clase media loca; 3) a la clase medio muerta.

d) Si la respuesta es 1): ¿Pondrá usted los mismos bombillitos que el año pasado o buscará un Préstamo Popular para comprar una instalación nueva?

e) Si la respuesta es 2): ¿Ya tiene usted la respuesta cuando el vecino le pregunte porqué no hay cerdo en su casa el 24? Elija una de estas respuestas: x) porque ahora somos defensores de los derechos de los animales. y) Porque la carne de cerdo tiene muchas toxinas. z) Porque ahora somos vegetarianos.

(Esta es una contribución a la salud mental de parte de la Secretaría de Estado de Salud. Feliz Navidad).

SEGUIMOS LAVANDO EN EL RÍO

El desarrollo no ha llegado hasta los choferes y conductores que llevan sus vehículos a lavar al río, no hay manera de que les llegue si no se enteran de que el desarrollo implica el mayor respeto por los recursos naturales.

El desarrollo -el que podamos tener ahora y el que tiene que llegar alguna vez- necesita de todos sus ríos y arroyos, límpios, naturalmente. Pero, ¿cómo hacérselo saber a estos ciudadanos?

El lavado de vehículos en los ríos está prohibido por ley, por ética y por sentido común, aunque estos últimos no tengan una secretaría de estado. Pero ya que existe la ley (64-00) que creó la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, sería saludable que, sujetos a esa ley, se dispusiera de una forma para evitar el lavado de carros en los ríos y arroyos, sea utilizando a la Policía Ambiental, o sea armando una especie de equipo especial para el combate del terrorismo de río, porque no puede catalogarse de otra manera ese vertido de combustibles, mugres y aceites a los ríos.

Digamos que la Policía Ambiental tiene limitaciones logísticas y no puede interferir en todos los sitios. Pues la mejor idea sería organizar el “Cuerpo Elite de Defensa de Ríos y Arroyos” (CEDRA), que podría proceder de la siguiente manera al llegar a un río y encontrar choferes lavando vehículos en un río:

1. Coger al tipo, desnudarlo, quemarle la ropa, cerrar el carro, dejarlo afuera y botar la llave al río. De paso, vaciarle las cuatro gomas al carro. 2. Llamar la policía para que lo aprese por “atentado al pudor”; y 3. mandar a investigación el carro bajo sospecha de ser de los robados y negociados durante la “subasta” famosa pasada.

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