Con la oportuna advertencia del presidente de la Junta Central Electoral acerca del excesivo costo estimado y la complejidad que conlleva las primarias abiertas y simultáneas, a lo que se agrega el enjundioso análisis sin desperdicio alguno de Juan Bolívar Díaz, publicado en el periódico Hoy (sábado 28 de abril) titulado “Las costosas primarias de Danilo”, y los diversos artículos y opiniones vertidas en el mismo tenor por otros entendidos, considero el tema suficientemente ilustrado y debatido y que no debería insistirse más sobre el mismo. Pero el PLD, como todo partido en el poder no se dará por vencido. Su vocación de gobernar valiéndose de todos los medios y recursos a su alcance hará lo imposible por salir del atolladero en que se encuentra, enfrascado en una lucha desmedida provocada por la ambición de sus dos grandes líderes: Lic. Danilo Medina Sánchez, Presidente de la República, y Dr. Leonel Fernández Reina, presidente del Partido y pasado presidente de la nación que se juega su última carta.
El primero, frío y calculador, al parecer, no está dispuesto a ceder el mando a su rival, aunque para ello tenga que modificar de nuevo la Constitución de la República; al segundo, no se le quita el gusto de retomar la silla presidencial con los suyos, colocando ambos al partido en difícil disyuntiva que amenaza con su división, pudiendo ser la única opción conciliatoria viable para sacar las castañas del fuego, la candidatura de la Dra. Margarita Cedeño de Fernández, mujer que reúne, además de esa condición, ser en este crucial momento la Vicepresidente de la República y esposa del Dr. Leonel Fernández, no estando envuelta en escándalos de corrupción ni tomado partido en la disputa de los dos grandes contendores, debiéndole, a ambos por igual, gratitud, lealtad y obediencia.
La popularidad de uno y de otro ha decaído drásticamente de acuerdo con las encuestas y las denuncias permanentes provocadas por el estado de corrupción e impunidad generalizado, la inseguridad ciudadana, la ola creciente de criminalidad y de violencia desatada, el desempleo, obras de relumbrón innecesarias y costosas, incremento irresponsable de endeudamiento público, estafas, contrataciones, deficiencias de servicios indispensables, hospitales sin equipamiento adecuado, clientelismo desbordante, desamparo, marginación y pobreza de amplios sectores, sin dejar de reconocer algunos aciertos, asentamientos de viviendas, ayuda al agricultor, jornadas extendidas en Educación, y demás acciones positivas que son deberes de todo gobierno respetable.
Ambos bandos están contestes en una cosa: debe evitarse a toda costa la división del PLD cercana las próximas elecciones, lo que podría desplazarlos del poder luego de disfrutar sus ventajas y acostumbrarse al mando por más de 20 años, con todas sus consecuencias. No les faltan razones y temores atendibles para preocuparse, protegerse y evitar que eso ocurra. Y es aquí donde interviene Margarita quien asegura que no habrá división.
Por fortuna para unos y desgracias del resto, la inconsistencia y flaquezas de los llamados partidos de oposición, el virtual secuestro de los poderes del Estado, sin Ley de Partido ni Electoral y primarias abiertas permite dudar que habrán “elecciones libres y democráticas.”