Como forma de evitar que las variaciones hacia el alza en los precios del barril de petróleo impacten directamente de manera negativa en los consumidores finales del servicio de electricidad, el Estado dominicano creó el Fondo de Estabilización de la Tarifa Eléctrica, conocido por sus siglas FETE. Dicho en términos llanos, cuando el petróleo sube de forma desproporcionada, teóricamente el Estado cubre esos incrementos con subsidios que luego deberá compensar cuando baje el precio del crudo, dejando de transferir a los usuarios de manera inmediata la reducción hasta tanto el FETE se convierta en cero.
Los más recientes incrementos a la tarifa eléctrica sumaron aproximadamente un treinta por ciento y se realizaron durante los últimos tres años de la anterior vicepresidencia ejecutiva de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales y, a pesar de eso, el déficit del sector eléctrico prácticamente se duplicó en el mismo período. Así las cosas, es preciso destacar que en la gestión del presidente Danilo Medina no se ha realizado incrementos en el precio del kilovatio hora, debido entre otras razones a que el comportamiento del precio de los combustibles en los mercados internacionales también ha beneficiado la presente administración.
Percibimos que ha llegado el momento de analizar a profundidad la realidad del Fondo de Estabilización de la Tarifa Eléctrica y ver en qué medida la reducción en más de un cincuenta por ciento del precio del barril de petróleo, que hoy ronda los cuarenta dólares, le ha permitido al Estado cubrir los aportes que en tiempos de combustibles caros hizo al FETE en favor del consumidor. Cubierto ese fondo, o lo que es lo mismo, eliminada la deuda con el Estado, comenzar a transferir al consumidor final del servicio eléctrico la inocultable reducción del precio de los combustibles.