Ya está politizado

Ya está politizado

En las presentes circunstancias hay que tomar como un simple formulismo, para consumo mediático, la afirmación del presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, ofreciendo garantías de que en ese hemiciclo no se politizará el conocimiento del proyecto de reforma fiscal sometido al Congreso Nacional por el Poder Ejecutivo.

Y la razón es muy simple: ese proyecto, en manos de la comisión de finanzas de la Cámara Baja, ya inició la ruta hacia su total politización con la decisión de la Comisión Política del PRD de celebrar, el próximo fin de semana, un seminario para estudiarlo a fondo. Las recomendaciones que surjan de ese evento, según explicó Vicente Sánchez Baret, serán sometidas a la consideración de la Comisión Política, máximo organismo de dirección del partido, que será quien diga la última palabra sobre el tratamiento que dará la bancada perredeísta, mayoritaria en ambas cámaras, al proyecto. Independientemente, desde luego, de lo que Pacheco declare a la prensa para salir del paso.

Esperando a Leonel

Doña Milagros Ortiz Bosch reveló ayer, en un programa de televisión, que la sub-comisión designada por el PLD para facilitar el proceso de transición a las nuevas autoridades todavía no se ha reunido con los técnicos de la cartera, porque según dijo sus integrantes están esperando que el presidente electo regrese de su larga gira por el exterior. La revelación de doña Milagros, quien se negó a decir quién la puso al tanto de las interioridades peledeístas, ha sorprendido bastante, sobre todo entre gente que no se explica cómo, habiendo tantas cosas que afinar en Educación, no se haya producido la primera reunión preparatoria del traspaso de mando, como la segunda convocatoria de las pruebas nacionales, al otro día de la toma de posesión, o el inicio del año escolar, dos semanas después, para solo citar un par de ejemplos. Lo que se dice por es que algo no anda bien en esa sub-comisión, que preside Alejandrina Germán y en la que participa también Ligia Amada Melo, por lo que alguien con suficiente autoridad tendrá que venir a poner a cada quien en su lugar.

Sin discriminaciones

Como sino fuera suficiente dolor de cabeza la violencia que genera una criminalidad que se enseñorea, con inquietante desparpajo, en campos y ciudades de prácticamente todo el país, ahora habrá que empezar a preocuparse también por los haitianos, o mejor dicho por la frecuencia conque se da cuenta de su participación en distintos delitos, más allá de los brutales crímenes pasionales, o por simples deudas, a los que se les asoció siempre. El problema, para esa delincuencia emergente a la que se atribuye cada vez mayor audacia, es que la Policía Nacional no discrimina a la hora de aplicar sus radicales métodos, como lo acaba de demostrar al acribillar a balazos -en un típico intercambio de disparos- a un ciudadano haitiano que, según la institución del orden, acababa de atracar un comercio en la ciudad de Santiago.

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