Antes de finalizar el proceso de modificación constitucional para permitir la reelección por dos períodos consecutivos, y antes del anuncio de alianza entre los tres partidos tradicionales junto a otros, ya estaba creado un polo electoral, porque el candidato del PLD y sus aliados, sea Danilo Medina u otro, será el candidato a vencer; y después de la proclamación de Luis Abinader como candidato del PRM, se abre el camino hacia la creación del otro polo electoral.

No es de dudar, sin embargo, que durante el proceso hábil para presentar candidaturas surja otro candidato alternativo a la presidencia, pues Guillermo Moreno, aunque todavía no cuenta con el reconocimiento de su partido por parte de la Junta Central Electoral, ya ha anunciado sus propósitos y habla de convocar a una concertación con otras fuerzas políticas y sociales; así que habrá que esperar.

De todas maneras, el gobierno, su candidato y sus aliados, de cualquier forma constituyen uno de los polos electorales. A ellos es a quienes la oposición, que en este caso son los retadores, tiene que ganarle, por lo que deben prepararse para convertir en realidad lo que comúnmente se llama polarización. Lucha entre dos fuerzas principales.

Soy de los que entienden que la polarización ya está prácticamente dada entre el PLD y sus aliados con Danilo Medina o a quien proclamen como candidato, y Luis Abinader, pero algunos expertos en la materia entienden que la polarización no se da por el hecho de que solo haya dos candidatos, sino cuando en realidad así ocurra, ya sea mediante mediciones por vía de las encuestas, por la percepción popular, o por la fuerza que demuestre como opción opositora.

Pero se acepte o no esa teoría como válida, la oposición y en este caso Luis Abinader, tiene que fajarse de inmediato para crear esa percepción. Demostrar que es una realidad. Que cuenta con las herramientas necesarias y suficientes para vencer al gobierno y sus aliados en los comicios del año venidero. Sacar de la mente de algunos, que se está preparando para el futuro, demostrando que es un proyecto del presente. Darle al país, y cuando digo país me refiero a todos los sectores, la seguridad de que no es una persona polémica ni mucho menos creador de situaciones desestabilizadoras.

Y esto es importante, porque una gran parte la sociedad ha estado sumida en un profundo letargo. Está adormecida, por lo tanto, de ese letargo y de ese sueño hay que despertarlas sin crearle confusión. Que al producirse vean cosas agradables, que no les provoquen sustos, incertidumbres ni sobresaltos, porque de lo contrario, preferirán continuar durmiendo. Por eso, cuando las personas son sometidas a anestesia, los propios médicos prefieren despertar sus pacientes, para darles seguridad y confianza.

Sobre todo la gente necesitada y atribulada necesita esperanzas, y hay que motivarlos. Identificarse con sus necesidades. Encantarlos, esperanzarlos y entusiasmarlos, pero de manera diferenciada, porque esa precisamente es la filosofía que ha estado aplicando Danilo Medina desde el gobierno.