¡Ya me cansé!

¡Ya me cansé!

Samuel Luna

Ya me cansé de tanto engaño, de tantas pantallas sin brillos y sin luz propia. Me cansé de ver aquel “líder” sonriendo solo para escalar peldaños sin importar las heridas que provoca en cada persona que está en su camino. Me cansé de tantas mentiras y tantos infundios.

Me cansé de aquel que te hace creer que te ama y al mismo tiempo te desnaturaliza y desintegra tu ejemplar moral, porque su única meta es llegar a la posición que nunca le perteneció. Ese o esa, que viven detrás de la sombra para que nadie pueda descubrir la real intención que esconden en su corazón putrefacto y descompuesto. Me cansé de ese “líder” que usa palabras para convencer, la sonrisa para atraer y los abrazos para devorar a su presa que está ciegamente confiando en él, sin saber lo que le espera y el castigo que acarrea sin una verdad y sin una comunidad que lo defienda. Me cansé de aquellos que se unen para construir un plan a la ligera, y así soltar a Barrabás, aunque condenen al justo enviándolo a una hoguera.

Me cansé de aquel que lee las 48 LEYES DEL PODER, para manipular y sin saber a dónde va, pisando a todo aquel que lo intente confrontar, y de forma muy sabia hablando de Dios y de su plan y con esa astucia pasajera esconde su odio y así seguir su plan, un plan Maquiavélico y cuidado si algo más. Me cansé de aquel que llega a un lugar que no es de él , hablando de crear un equipo para poder implementar la maldad que emana de él. Y así, de forma muy sabia se desliza con rapidez, dejando heridas y sangre por doquier. Me cansé de aquel que acusa sin presentar al testigo que debió traer y mucho menos él invita la acusadora que nunca fue; es que así son los cobardes y doy gracias por poderlos ver, de esa forma no se me esconden ni vuelven a morder.

Me cansé de aquel que imita la cultura de traición, la serruchadera de palo sin saber lo que perdió. Aquel oscuro monstruo que viene de más allá, buscando mejoría sin importar a quien maltratar; no importa el credo, ni su carisma o su supuesta pasión, es que él es un mediocre que no permite aclaración. Me cansé de aquel que finge ser tu colaborador, entregándote chocolates para nublar tu visión. Las reuniones son su canal para justificar su función y al final de la noche vuelve a su cama con un vacío aterrador.

Me cansé de esos pérfidos y que bueno que así fue, ahora estoy con amigos donde podemos crecer, hablando el mismo idioma y con un buen café.
Ahora soy un hombre libre, contento y con placer, no sujeto a una máscara que pretende convencer. Que bueno que me cansé.

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