NEIBA, República Dominicana. AP. Las autoridades de la República Dominicana detuvieron a 88 personas más y las enviaron a Haití, dijeron el martes dos defensores de los inmigrantes.
Tobias Metzner, gerente con sede en Haití del programa de lucha contra la trata de personas de la Organización Internacional para las Migraciones, dijo que la noche del martes el ejército llevó a los haitianos y a otros de ascendencia haitiana a la frontera.
Por su parte, el reverendo Antoine Lissaint, de la Organización Jesuita para Refugiados y Migrantes de Haití, dijo por separado que las 88 personas fueron llevadas a la sureña ciudad fronteriza de Jimaní.
Metzner dijo que a los deportados probablemente los obligaron a marcharse y no escogieron irse voluntariamente como han informado funcionarios dominicanos. “A la gente la están amenazando para que se vaya.
¿Cuál es el carácter voluntario de su regreso?”, dijo Metzner por teléfono. “Ellos no querían morir”. El número de aquellos que han salido de la República Dominicana a raíz de un estallido de violencia en la frontera ya suma 357 personas.
Después de que cruzaron la frontera, autobuses los llevaron a un centro gestionado por la Oficina de Migración de Haití, donde les dieron una comida y unos 22 dólares para reunirse con sus familiares. El mismo procedimiento se espera para el grupo más reciente.
Algunos de los deportados han dicho que los amenazaron para que se marcharan, mientras que la policía dominicana sostiene que la gente quería salir por temor a ser víctimas de la violencia de las turbas. El éxodo comenzó el sábado, con 244 personas, después que una pareja de ancianos dominicanos fue asesinada durante un presunto robo cerca de la población de Neiba, y una turba de dominicanos se vengó matando a un hombre haitiano.
El lunes, 113 personas más siguieron sus pasos, dijo Metzner. Desde entonces, funcionarios dominicanos han endurecido las restricciones en la frontera para garantizar que los haitianos y otros que tratan de cruzar tienen autorización.
Por lo general, la frontera está completamente abierta, y muchas personas se desplazan libremente entre los dos países. En Neiba y sus alrededores, los pocos haitianos que se ven en las calles dicen que no quieren permanecer en público por mucho tiempo. Las expulsiones se producen en medio de un momento políticamente delicado para las dos naciones, que comparten la isla caribeña de La Española.
Hace dos meses, un tribunal dominicano falló que se debería revocar la ciudadanía a los residentes nacidos de padres inmigrantes que vivían en el país sin autorización legal, y muchos de los afectados son de ascendencia haitiana.
Los defensores de los inmigrantes dicen que 200.000 personas podrían verse despojadas de su ciudadanía y de los documentos que necesitan para trabajar o asistir a la escuela.
El gobierno dominicano aseguró en un informe preliminar que solo unas 24.000 personas se verían afectadas. La Comunidad del Caribe (Caricom) condenó el martes la decisión del tribunal. El bloque comercial también aplazó la votación sobre la solicitud de la República Dominicana para ser aceptada como país miembro.