SANA. AP.  La policía entró el sábado en un campamento de manifestantes y efectuó disparos con armas de fuego, además de lanzar gases lacrimógenos, con lo que causó heridas a por lo menos 13 personas dentro de la campaña de represión contra los disidentes ordenada por el presidente Alí Abdalá Salé.    El asalto ocurrió tras los cruentos sucesos del viernes, cuando las fuerzas de seguridad mataron en la capital al menos a 46 personas e hirieron a centenares más. El ataque sugiere que Salé teme que las manifestaciones callejeras, similares a las ocurridas en otras partes del mundo árabe, puedan acabar con sus 32 años de gobierno.    Estados Unidos, que desde hace tiempo ha contado con Salé en la lucha contra el terrorismo, condenó la violenta represión.    Empero, el derramamiento de sangre no logró desalojar a los manifestantes.