Yemen: La próxima
guerra de Obama

Yemen: La próxima<BR> guerra de Obama

El archi halcón, Senador Joseph Lieberman, Presidente del Comité para la Seguridad del Senado de Estados Unidos de América, emitió una declaración que sorprendió a muchas personas por el desenfado con que fue dicha.

El personaje dijo: “Irak fue la guerra de ayer, Afganistán es la guerra de hoy. Si no actuamos de forma preventiva, Yemen será la guerra de mañana.” Además, el prominente legislador confirmó alegremente que los Boinas Verdes y las Fuerzas Especiales de ese país ya estaban operando en Yemen. Evidentemente, el presidente Obama está gestando su propia guerra, siguiendo los pasos de George W. Bush. Demuestra así que no persigue cambio alguno en la agresiva política exterior de Estados Unidos.

Conocidas las declaraciones del congresista Lieberman, empezamos a desentrañar el papel de los medios de comunicación de Estados Unidos al sobredimensionar el supuesto intento de sabotaje contra un avión comercial mientras se encontraba carreteando por una de las pistas del aeropuerto de Detroit, Michigan.

Parecía como si todas las agencias noticiosas hubieran estado preparadas, esperando a que esto sucediera para desatar una inmensa campaña de denuncias sobre los inexplicables peligros terroristas que se ciernen contra Estados Unidos. El hecho publicitado de que un joven nigeriano, miembro de una familia muy rica, viajando desde Ámsterdam, intentara destruir aquel avión en tierra lucía estúpido para cualquier persona enterada. Desde el momento del incidente, las autoridades estadounidenses no se orientaron a buscar el origen del problema en Holanda o en Nigeria sino que, inexplicablemente, prefirieron seleccionar a Yemen como fuente del delito por haber, supuestamente, entrenado al joven musulmán.

A partir de ese momento, todas las noticias enfocaron su atención en señalar a Yemen como centro de entrenamiento para los terroristas de Al-Qaeda. Los medios de comunicación dijeron y se contradijeron saturando al público de datos nunca confirmados. A pesar de la gran nube noticiosa se puede identificar el estilo de manipulación de la prensa estadounidense. Este sigue siendo el mismo de los tiempos del premio Nóbel de la Paz, Woodrow Wilson, cuando creó la Comisión Creel para enajenar al público estadounidense en contra del pueblo alemán y así justificar la participación de Estados Unidos en la guerra europea a partir de 1918. Ese estilo de trabajo fue establecido definitivamente luego por Walter Lippman y no ha cesado en su aplicación hasta nuestros días. Descubrieron que no hay mejor forma de gobernar que infundiendo miedo a sus habitantes. Eso lleva a la mayoría a buscar refugio y protección en las fuerzas superiores. Y cuál mejor que el Presidente de la nación.

Esa misma  prensa que ahora azuza contra Yemen no ha sido tan prolija en la  publicación de las órdenes del presidente Obama para atacar el territorio yemenita en coordinación con el dictador de ese país, Alí Abdala Saleb. En el más reciente ataque el 16 de diciembre recién pasado los aviones estadounidenses asesinaron 120 personas, en su mayoría mujeres y niños. Lo que en sus días el presidente George W. Bush llamaba “guerra mundial contra el terrorismo”, ahora es identificada por Obama como “operaciones de contingencias en ultramar”. Tanto una como otra expresión significa agresión preventiva y unilateral contra un país atrasado cuyo territorio ha sido favorecido por la Naturaleza con enormes yacimientos de hidrocarburos.

Pero por encima de la prepotencia imperial, el proceso de llevar la guerra hasta Yemen tiene un grave peligro. Las más grandes derrotas sufridas por Estados Unidos a lo largo de su historia han provenido de países atrasados y muy pobres. Mientras el poder estadounidense ha contribuido a vencer a Japón, Italia y a Alemania más de una vez, ha tenido que retirarse con el rabo entre las piernas cuando se enfrentaron a Corea, Viet Nam y, más recientemente, en Líbano, Somalia, Irak y Afganistán. Lamentablemente, los gobernantes estadounidenses han clamado victorias cuando en realidad han sido derrotas evidentes impidiendo que sus dirigentes aprendan las lecciones del pasado. Y así, el atrasado Yemen podría ser el otro clavo en el zapato de Obama que podría abrirle la puerta de salida de la Casa Blanca, decepcionando a aquellos que se hicieron ilusiones democráticas con la presencia allí de un Presidente negro.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas