En nuestro país ¿La justicia se aplica como debe ser?  Yo creo que no. Sí creo que  la justicia  ha avanzado desde el 1996, cuando entró la nueva Suprema Corte de Justicia. Pero si usted me dijera que estamos en un excelente sitial, yo diría que no, que podemos avanzar  mucho más.

¿Hace falta la mujer en la justicia?

No quiero emitir una opinión que me tilde de feminista. Creo que el trabajo no se hace bien o mal en función de ser mujer u hombre, sino en función de principios y responsabilidad.

Muchos dicen que los casos duros deben llevárselos a usted y esto puede ser tanto un elogio como un síntoma de debilidad del Ministerio Publico. ¿Qué opina?  Es un poco difícil para mí, porque a veces vienen personas con casos que no me corresponden, porque mi distrito judicial tiene límites y no puedo intervenir en otros salvo que sea una autorización del magistrado Procurador General de la República.  Debo confesar que en ocasiones me siento impotente. Estoy profundamente agradecida de que la población perciba mi ejercicio de esa forma.

No sé si traerme esos casos sea una cuestión de debilidad, no quiero juzgar  a otros compañeros con un término tan duro, pero es probable que la forma en que las cosas se hacen tenga mucho que ver con  cómo se preste el servicio.

¿Piensa que llegar a esta posición le ha restado como mujer en otros ámbitos? 

Algunos me dicen que sí, que nunca me voy a casar (sonríe). Sinceramente mentiría si dijera que no. Antes  yo tenía la oportunidad de hacer cosas que ahora, por la misma falta de tiempo, no puedo hacer, pero es un precio que vale la pena pagar por la satisfacción que da, por ejemplo, cuando las víctimas se sienten bien representadas por la Fiscalía.

¿Cuál es su mensaje a la mujer a propósito de su Día Internacional?

El mensaje que les doy es que no creo que la mujer es un ser superior al hombre. No creo en la superioridad de un sexo  u otro. Opino  que somos géneros que nos complementamos  y que la vida no te pone límites, tú, como ser humano, te pones los límites.