El discurso pronunciado por José A. León en la AIRD, no tiene desperdicios. Es una lectura obligatoria para entender dónde radican nuestros problemas y la mejor forma de abordarlos. En uno de sus párrafos, don José nos señala lo siguiente: Primero, la frecuente actitud de muchos, expresada a través del egoísmo particular o sectario, presente tanto en el sector público como en el privado, que busca resolver el problema o la situación que les afecta sin consideración alguna de si ello también contribuye al bien nacional. Yo resuelvo y punto, independientemente de las consecuencias que ello tenga para otros.
Inmenso y esa realidad ha contribuido a que el ciudadano común haya perdido la credibilidad y confianza ante todo lo que le rodea. Pero también ha perdido su espíritu de lucha y su vocación de protesta aceptando toda clase de desconsideración e irrespeto por parte de sus gobernantes.
En el pasado, cosas insignificantes como el atropello policial o el abuso de autoridad, generaban movilizaciones masivas y huelgas en todo el país. Se luchaba contra las injusticias y se lograban reivindicaciones. Pero ahora nada conmueve a los ciudadanos, los cuales se resignan ante los hechos más horrendos y absurdos que uno pueda imaginarse.
Ese espíritu de lucha de los dominicanos desapareció por arte de magia o quizás por la magia de un Gobierno que usa todos los recursos públicos a su alcance para neutralizar a críticos y opositores, incluyendo medios de comunicación.
Aprovechando el entretenido y atractivo show de Figueroa y Sobeida, el Ministro de Hacienda, insultando a sus críticos como es su estilo, lanza la primera piedra anunciando un aumento en los impuestos a los combustibles, algo que la Comisión Económica del PRD había advertido hace apenas una semana. Esta noticia, por supuesto, quedó relegada a un tercer plano en los medios de comunicación, como si la trascendencia de la misma no fuera mil veces más impactante para los dominicanos que la llegada de Sobeida al país.
Muchos críticos calificaron de politiquería barata la advertencia del PRD sobre los referidos aumentos, comenzando por el secretario del PLD, Reynaldo Pared Pérez, que las calificó de irresponsable, negando que el Gobierno tuviera esa intensión.
Pero Bengoa le envío un claro mensaje diciéndole a Pared Pérez usted dedíquese a legislar, YO RESUELVO Y PUNTO. O sea, no solo anuncia las medidas de ajustes sino que lo hace con su característica arrogancia, insultando a sus críticos y ofendiendo al país cuando trata de justificar tal decisión.
Este impuesto a los combustibles (llamado indexación), que es apenas el comienzo de nuevos ajustes fiscales, creará mucha presión en los precios de los demás bienes y elevará los costos del transporte y de la producción en general, afectando la ya crítica competitividad de nuestras industrias. Pero golpeará duro a los más pobres, porque al final de cuentas, la inflación se extenderá desde el arroz hasta en el jabón para lavar la ropa.
Es el peor momento para elevar impuestos o indexar, porque tal medida contrae la economía, impactando negativamente en el consumo privado y la producción.
Además, eso se hace únicamente para resarcir al erario público del derroche presupuestario del PLD para ganar las elecciones, las que fueron claramente fraudulentas por el uso ilegal de ese dinero.
Esa resignación generalizada del pueblo no solo se da ante la corrupción, la delincuencia, el desempleo, los apagones y el narcotráfico, sino ante la anarquía que reina en esta administración, donde todo gira alrededor de la reelección y el desenfrenado afán proselitista para mantenerse indefinidamente en el poder. YO RESUELVO Y PUNTO.