UBI RIVAS
Aunque pienso que el discurso pronunciado por el presidente Leonel Fernández ha sido no solamente el mejor de su cosecha, sino el más trascendente en los últimos tiempos de cualquier parigual suyo por las medidas sociales que pautó, entiendo no es suficiente para los reclamos urgentes del país y, en cambio, este servidor, apartidista siempre, uniría mi trajinar político a las vera del gobernante si implementara este plan de gobierno.

Prohibir la presencia ilegal de todo extranjero y concederle un plazo perentorio a los que residen en nuestro territorio para regularizar su status y de ninguna manera aceptar que los nacidos ilegales en nuestro país se les conceda la ciudadanía dominicana, sin excepción. Prohibir el uso de mano de obra ilegal.

Es decir, cumplir por la raya todo lo concerniente a la ley 285-04 que regula la política migratoria del Estado dominicano.

Lo primero, porque sin identidad nacional, no hay patria.

Instruir a Medio Ambiente sanear todas las cuencas hídricas y todo el litoral dominicano y restaurarlas todas, comenzando por los Yaque Norte y Sur, Nizao, Yuna, Higuamo, Soco, Chavón, Artibonito y Masacre, preservar el vedado Diego de Ocampo, Los Haitises, los parques nacionales todos y dotar de torres de vigilancias controladas una de otras a éstos.

Lo segundo, porque si la preservación del mayor tesoro de una sociedad, el patrimonio forestal y los ecosistemas, peligra todo el equilibrio de vida, la agricultura y la industria.

Resolver de una manera definitiva, como el presidente sabe que tiene que hacerlo, y como, el suplicio de los apagones y sustituirlo por el suministro confiable y constante de energía eléctrica, eliminando los subsidios y poner a todos a pagar su real consumo, no una parte que se nos cargue lo que otros no pagan.

Y así, incentivar y privilegiar el desarrollo de energías alternativas, eólicas, hidráulica, solar e impulsar de igual modo la industria de etanol.

Lo tercero, porque sin un suministro estable de energía eléctrica, una sociedad fracasa en sus ambiciones de desarrollo plenario, industrial, comercial y agropecuario, que “más vera”, ahora, que el presidente, con la formidable secundación de Francisco Javier García y Vilma Arbaje, ha conseguido iniciar el DR-CAFTA, el mayor reto económico de 163 años de vida republicana.

Extender el programa Comer Primero a medio millón de hogares que beneficien a 2.5 mm de dominicanos por todo lo que el presidente intuye que eso deriva en términos sociales y políticos para él y para el PLD.

Lo cuarto, porque un país hambreado no consigue los parámetros suficientes para pensar, nutrir la inteligencia desde el feto hasta los siete años, que es el período donde se estructuran las neuronas, porque luego de ese período, sobra la alimentación posterior, en nada contribuyen a formar la inteligencia.

Fortalecer con todos los recursos necesarios el ejercicio del monopolio de la violencia del Estado, para que el crimen, la canalla, no gane las calles imponiendo la zozobra y el caos, dotando a la Policía de todo lo necesario para enfrentar ese reto, incorporando a las FFAA a las faenas de ese propósito.

Lo quinto, porque un país con una débil estructura del monopolio de la violencia, no consigue seguridad ciudadana ni confianza en la inversión privada nacional ni internacional.

Profundizar el saneamiento de la justicia, incorporar al sistema figuras nuevas, potables, confiables, para que implementen un plan nacional que consiga devolver la perdida confianza ciudadana en el Poder Judicial, hoy en ascuas.

Lo sexto, porque un país sin una justicia confiable no puede desarrollar proyectos de ninguna índole y, por consiguiente, castra el horizonte económico.

Todo eso, claro está, trasunta “muñeca”, “macana”, y si el presidente todo esto decide, él sabe quien es mi mayor básiga en su gobierno que puede contactarme y enrolarme en los suyos y es en sus proyectos.