Yo soy yo y mi circunstancia

Yo soy yo y mi circunstancia

En 2007 tuve una conversación con el Lcdo. Danilo Medina a raíz de sus aspiraciones a ser candidato a la presidencia, en competencia con el Dr. Leonel Fernández, la misma giró en torno a la reelección. Le externé mis consideraciones sobre el porqué estaba opuesto a la misma, del daño que produce en un país con debilidad institucional, por lo cual lo estaba apoyando, aun siendo viceministro de Salud en ese momento. Pero, a la vez le decía que si luego él era presidente y trataba de hacer lo mismo, pues yo estaría en la acera de enfrente. Me respondió que conocía muy bien eso, que estaba de acuerdo. Todo el mundo conoce lo que sucedió, y, sobre todo, aquella declaración: “Me venció el Estado”.
En 2012 pudo llegar a la presidencia, y a mi modesto entender tuvo en ese cuatrienio excelente desempeño. No hablaré de los indicadores que evidencian lo que digo porque no es el objeto de este artículo.
Los buenos resultados en la administración del Estado llevó a una parte mayoritaria de la sociedad a apoyar una reforma constitucional que le permitiera al presidente Medina optar por 4 años más, que de nuevo establecía la posibilidad de un periodo adicional y el nunca jamás, en la Carta Magna. El modelo americano. Había suficientes elementos de lógica para que yo cambiara de opinión, lo cual hice. A tal nivel que coordiné los trabajos políticos electorales del PLD en la provincia Espaillat.
En el período de transición, 2016, tuve una segunda conversación con el presidente Medina. En la misma le expresé la gran oportunidad que la vida le daba de casarse con la gloria, haciendo los cambios estructurales que demandaba el país. Que como no iba a ser nunca jamás presidente de la república, podía asumir el costo político que generarían esos cambios imprescindibles como consecuencia de los diferentes intereses particulares y de grupos envueltos; pero que en el futuro temprano le reconocería la población su condición de estadista por acometer con entereza dichos cambios. Me dio una cátedra con sus consideraciones al respecto, lo cual coincidía con mis planteamientos.
Hace aproximadamente un año y medio el presidente Medina convocó a todos los funcionarios de primer nivel a palacio.En dicha reunión se refirió a la reelección como único tema. Recuerdo casi textualmente lo que dijo: “yo sé las consecuencias que puede traer el tema de la reelección al país, yo no voy a someter al país a esto. Se ha venido desarrollando un gran gobierno, lo que yo quiero es que todos ustedes divulguen la obra de gobierno, que es mucho lo que hemos hecho y estamos haciendo”. Ahí terminó la reunión.
Hay elementos suficientes, desde unos meses acá, para pensar que ha cambiado de opinión. Diría como Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mi circunstancia”.
He oído bastante la expresión “en política solo se hace lo que conviene”. Claro, pero ¿para quién es la conveniencia?
Lo que he relatado hasta aquí no pienso que sea una indiscreción, más bien es una reafirmación de lo que él ha expresado de manera pública y que está registrado en un sinnúmero de videos que andan en las redes, desde que pretendía ser presidente. Y que luego ha ratificado.
Sigmund Freud tiene una frase que pesa mucho: “Uno es amo de lo que calla y esclavo de lo que habla”. El presidente habló, ratificó en su momento, de que nunca más volvería a aspirar a la presidencia. Incluso el famoso párrafo de la constitución se hizo incluir en la misma como una determinación fehaciente de que eso sería así.
Yo no creo en el que los grupos que medran en torno al presidente lo han llevado a considerar la modificación a la constitución, y abrir la puerta a su re-postulación o habilitación. Es una decisión libérrima de él.
Ahora ¿Qué fuerza lo ha llevado, si al final es así, a desdecirse, a perder la vergüenza y el pudor, a sacrificar su obra de gobierno, a someter su partido a la posible división y a la derrota. A la posibilidad de salir, en vez de como un estadista, “con la sábana por un canto”? La respuesta solo él puede darla.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas