Yoani Sánchez, rostro joven de la disidencia, con fama en el mundo y sin impacto en Cuba

Yoani Sánchez, rostro joven de la disidencia, con fama en el mundo y sin impacto en Cuba

LA HABANA. AFP. La bloguera Yoani Sánchez, cuyo diario digital fue bloqueado en Cuba apenas fue lanzado, abrió un frente de oposición diferente al de la «envejecida» disidencia tradicional, con el que ha cosechado celebridad en el mundo pero ningún impacto en la isla.  

La filóloga y bloguera de 38 años lanzó el miércoles el primer medio independiente en 50 años en Cuba, el portal «14ymedio», que fue bloqueado de inmediato en los servidores de la isla, pero ambas acciones pasaron inadvertidas para los cubanos, más preocupados por las dificultades cotidianas que de la política, en un país con una de las más bajas coberturas de Internet en América Latina.

«Su poder de convocatoria (de Yoani Sánchez) en Cuba es mínimo y ha ido mermando como resultado de su ambigüedad hacia el embargo norteamericano (…) y su apoyo a que se mantenga a Cuba en la lista de países terroristas del Departamento de Estado», dijo a la AFP el analista Arturo López-Levy, de la Universidad de Denver (EEUU).

La líder de las opositoras Damas de Blanco, Berta Soler, dijo a la AFP que el nuevo medio no puede ganar influencia en la isla, porque «realmente aquí en Cuba no tenemos Internet como existe en cualquier país del mundo».

«De que pueda influir dentro de Cuba, todo está en que el gobierno cubano quiera», expresó Soler.

El bloqueo del portal provocó críticas de Washington y de la Sociedad Interamericana de Prensa a La Habana y, aunque los cubanos no han podido leerlo, su lanzamiento constituye por sí mismo el mayor desafío opositor al gobierno comunista en los dos últimos años.

La disidencia -que nunca se ha unido- no ha estado muy activa en la isla desde los funerales del opositor Oswaldo Payá en julio de 2012, si bien sus líderes han cumplido numerosas giras al exterior después de que el presidente Raúl Castro eliminó las trabas para viajar en enero de 2013.

«Figuras somos todos». Algunos disidentes niegan que Yoani Sánchez -quien evita desde hace meses hablar con la prensa extranjera en La Habana- sea la figura más importante de la oposición cubana, pero otros afirman que ella es su figura «más relevante».

«Es una de las caras más importantes, pero no la más importante», dijo a la AFP el sicólogo Guillermo Fariñas, premio Sajarov 2010 del Parlamento Europeo, quien ha cumplido una veintena de huelgas de hambre en protesta contra el gobierno cubano.

«Aquí figuras somos todos. Para mí todos somos caras visibles y somos líderes aquí dentro de Cuba», declaró Soler, cuyo grupo de activistas ganó el Sajarov en 2005.

El disidente y activista de derechos humanos Elizardo Sánchez afirmó que aunque «ella misma no pretende ningún liderazgo (…), sin duda es la figura más conocida y relevante de la sociedad civil independiente».

«Nos congratulamos de que sea muy conocida y querida por muchos en el mundo», indicó por su parte el disidente José Daniel Ferrer.   Las autoridades y los periódicos oficiales, que tildan a los opositores de «mercenarios» de Estados Unidos, han guardado silencio sobre el nuevo portal, que fue lanzado dos meses después de que el número dos del gobierno, Miguel Díaz-Canel, criticara a la anquilosada prensa cubana, afirmando que ésta debería ser «responsable, valiente».

El Partido Comunista (único) también llamó a mejorar la prensa y «desterrar la autocensura, la mediocridad, el lenguaje burocrático y edulcorado», en un documento para un congreso extraordinario en 2012.

«Oposición envejecida, como el régimen». Los cibernautas oficialistas acusan a Sánchez de ser la «bloguera de la SINA», la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (que cumple la función de embajada), invocando un cable secreto norteamericano de 2009, filtrado por la red WikiLeaks, que proponía estimular a los jóvenes blogueros opositores.

«Creemos que la más joven generación de ‘disidentes no tradicionales’, tales como Yoani Sánchez, es probable que tengan un mayor impacto a largo plazo en Cuba», escribió el entonces jefe de la SINA, Jonathan Farrar, en un informe al Departamento de Estado.

Farrar agregó que la disidencia cubana estaba tan «envejecida» y «tan fuera de contacto con la vida de los cubanos (…) como el propio régimen», lo que causó molestia entre los demás opositores cuando el documento estadounidense fue publicado en 2010.

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