Yuja Wang, pianista y diva pop

Yuja Wang, pianista y diva pop

Madrid. Risueña, enérgica y enfundada en un vestido de cuero y unos tacones imposibles, Yuja Wang podría hacerse pasar por una diva pop si no fuera porque su virtuosismo al piano y su fresca y efervescente actitud sobre el escenario ha cautivado a una (joven y nueva) generación de aficionados a la música clásica.

“Soy como soy. No podría ser de otra manera”, sentencia una intérprete con un toque canalla y una presencia alejada años luz del estereotipo concertista clásico, que recala en España con una minigira de dos conciertos para presentar su nuevo disco.

Bromea con tanta facilidad sobre su afición por el buen comer, como ahonda en las dificultades de la vida de músico y como “lo verdaderamente difícil” de su profesión no es tanto la técnica, “como seguir siendo creativo” concierto tras concierto.

“Me encanta España, los españoles son un público muy musical (…) además soy muy comilona, y por eso también estoy muy feliz de estar aquí”, añade Yuja Wang, que visita de nuevo nuestro país para presentar su último disco en colaboración con la Orquesta de Venezuela y Gustavo Dudamel, otro inspirador de como música, juventud y frescura, no están reñidos.

Tras ofrecer el miércoles un concierto en el Auditorio Nacional de Madrid, recinto al que ha ido “mucha gente joven, casi tanta como en China”, Wang ofrecerá mañana una actuación en Zaragoza (centro) con un programa que incluye a Prokofiev, Chopin, Kapustin o Stravinsky, un repertorio musical que combina en sus ratos libres con nombres tan eclécticos como Rihanna, como ha señalado en alguna ocasión.

“He atraído a gente nueva a los conciertos pero habrá una generación más joven que también lo hará; en China, los padres llevan a sus hijos de pequeños a los conciertos y desde muy niños experimentan la música clásica como algo ‘cool’ e interesante”, señala Wang (Pekín, 1987) en una entrevista con Efe.

Niña prodigio en su país natal, existe cierta tendencia a resumir su trayectoria como la “Lang Lang femenina”, aunque solo comparten con su compatriota la nacionalidad de origen, la fama mundial y unas maneras pop sobre el escenario poco ortodoxas para el conservador mundo de la música clásica, lo cual no es poco.

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