Zahi Hawass, el mayor egiptólogo del mundo

Zahi Hawass, el mayor egiptólogo del mundo

Egipto no ha sido nunca una temática fuera de tiempo. Su historia, sus tumbas, sus descubrimientos, sus momias, entre muchas otras cosas, forman parte de los anales del mundo por lo que representan.

Zahi Hawass es considerado uno de los principales egiptólogos del mundo. Actualmente es el secretario general del Consejo Supremo de Antiguedades Egipcias, director de Excavaciones de Giza y el Oasis de Baharia.

Su renombre mundial lo obliga a estar en todos los hemisferios del mundo en el tiempo en que se mueve un supersónico y más frecuentemente en Europa, Japón y los Estados Unidos.

Responsable de muchos descubrimientos, Hawass cuenta entre los más importantes, la tumba de los trabajadores que construyeron las pirámides y la tumba de los oficiales de Keops, al oeste de la gran pirámide. El doctor Hawass encontró un par de estatuas de Ramsés II y acaba de terminar los trabajos de conservación de la esfinge anunciados en 1998 por el presidente Mubarak.

Más recientemente, él hizo el famoso descubrimiento del Valle de las Momias Doradas en el Oasis de Baharia, el más importante descubrimiento arqueológico desde el de la tumba de Tutankamón.

En noviembre de 2004, dos investigadoras dominicanas, Kathleen Martínez, especialista en el Período Greco-Romano, y Nieves Gautreaux, turistóloga y funcionaria de la Secretaría de Turismo, visitaron Egipto en un proyecto de investigación en colaboración con la Universidad Católica de Santo Domingo y Turismo y tuvieron la oportunidad de charlar e intercambiar ideas con esta leyenda viviente de la Egiptología.

– ¿Qué lo inspiró a convertirse en egiptólogo?

A los 12 años llegué a El Cairo para visitar a mi tía, quien me llevó a conocer las pirámides. Cuando fui a la Universidad de Alejandría compré muchos libros de derecho y comencé a leerlos, pero comprendí que no me gustaba estudiar leyes. Fui a la Facultad de Arte donde me hablaron de un nuevo departamento llamado «Arqueología». Estudié focalizado en el período Greco-Romano y cuando me gradué, entré a trabajar al Departamento de Antiguedades donde me nombraron Inspector de Antiguedades.

Un año después decidí ser miembro de una expedición en el Delta en un lugar llamado «Kom Abuo Bellou». Allí descubrimos un largo cementerio faraónico; un día encontré una tumba y en el nicho, una hermosa estatua. Tomé una brocha y empecé a limpiar la arena de la estatua, en ese momento descubrí que sus ojos me miraban, ¡esto tocó mi corazón y entendí que había encontrado mi amor, y mi amor era la arqueología! Desde este momento le he dedicado mi vida y trabajado incansablemente lleno de pasión.

– ¿Cómo piensa balancear el turismo, una industria tan importante para Egipto, y la protección de los monumentos?

Una de las cosas que me da más orgullo de mi trabajo es el sitio arqueológico que dirijo en Giza en el área de las pirámides. Hay muchos aspectos y planeo implementarlos en los sitios históricos en Egipto. Por ejemplo, un sistema de rotación, lo cual me permite cerrar una pirámide para limpiar y restaurar y mantener dos pirámides abiertas al público. También hemos restringido las visitas al interior de las pirámides para controlar los factores de erosión. Por otra parte, rotaré las tumbas abiertas al público.

– ¿Es el pasado relevante para el Egipto actual?

Hace 30 años la mayoría de los egipcios no estaban interesados en la historia del antiguo Egipto. De todas formas, con el paso de los años he tenido el privilegio de ser testigo del crecimiento de este interés en nuestro extraordinario pasado. Ahora, los egipcios están interesados en nuestras antigüedades, vienen a escucharme en mis exposiciones públicas, me preguntan sobre mis aventuras y están intrigados con nuestros descubrimientos.

– ¿Qué razones le daría a la gente joven para estudiar el antiguo Egipto?

Siempre he dicho que nuestra historia es nuestra herencia a compartir. Marca el inicio de la civilización y por esto es parte del pasado de todos. Nuestros niños son nuestro futuro y debería ser en sus manos que dejemos los importantes monumentos del antiguo Egipto. Debemos equiparlos con las herramientas necesarias para proteger nuestra rica historia.

– ¿Alguna vez se ha visualizado fuera del trabajo de campo?

¡No, me moriría! Necesito la arena y el polvo de la misma forma que otros necesitan agua y comida. La arqueología es mi vida, mi amor y mi pasión…

– ¿Cuál es el mayor reto que enfrenta Egipto y su herencia cultural hoy en día?

Nuestro mayor reto es la preservación de nuestros monumentos. Debemos entrenar los guardias que protegen los monumentos y capacitarlos para asegurar que los tesoros de Egipto estén en manos seguras y competentes.

– ¿Las «maldiciones» de las tumbas son un mito, una posibilidad o un hecho?

Las «maldiciones» se hicieron populares a raíz del descubrimiento de la tumba de Tutankamón y la forma misteriosa en que murieron casi todos los que compartían el equipo arqueológico. Años después, el Secretario General del Consejo Supremo de antigüedades dio un permiso para exponer la tumba de Tutankamón en el extranjero y esa misma tarde murió atropellado por un carro. Yo mismo, estando en una excavación, descubrí una momia, al acercar la lámpara para verla, estalló con un alto voltaje provocándome que perdiera el conocimiento. Hay una serie de medidas que tomo cuando voy a entrar a una tumba; la dejo abierta por varios días para que el aire circule, no me afeito mientras realizo excavaciones para no abrir los poros y trato de ser muy precavido.

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