Zapatero da un traspiés

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La unidad de todos los partidos sería la respuesta al sabotaje del proceso de paz.

Comentario Editorial
Durante una buena parte de los últimos dos años, pareció que José Luis Rodríguez Zapatero podía caminar sobre el agua política. En un firmamento europeo gris dominado por líderes deslustrados como Tony Blair y Jacques Chirac, la estrella del joven primer ministro socialista de España rutilaba brillantemente. Ahora, ha tropezado, y su calibre será medido por la forma en que logre recomponerse.

El 29 de diciembre, Zapatero dijo a los españoles, con convicción, cuánto mejor iba a estar todos dentro de un año, refiriéndose al proceso de paz que tenazmente perseguía con la ETA, el grupo separatista vasco. Al día siguiente, estalló una bomba en un estacionamiento del aeropuerto de Barajas, en Madrid, matando a dos inmigrantes ecuatorianos y poniendo fin a nueve meses de cese al fuego por parte de ETA. Las conversaciones con los nacionalistas radicales están terminadas para el futuro previsible. El primer ministro está en serios problemas.

En el parlamento, el lunes, Zapatero admitió haber cometido “un error evidente”. En un hiriente comentario público publicado el martes, Juan.Luis Cebrián, fundador de El País, el periódico líder cercano a la elite socialista, además de un amigo del primer ministro, se preguntaba en público si Zapatero es, sencillamente, un aficionado. El candor solo puede llevarte hasta ese punto.

Sin embargo, siempre fue una probabilidad de que se surgieran baches violentos en una senda hacia la paz. En las campañas de terror y rebeliones a largo plazo siempre están los que rechazan, o se mantienen fuera, y hay pruebas para los nervios y la determinación.

El proceso de paz irlandés, en comparación, tuvo que sobrevivir un intento de asesinato del gabinete británico, el bombardeo con mortero del número 10 de Downing Street, y un bombardeo espectacular que puso fin a un cese al fuego inicial. Los gobiernos conservadores y laboristas vacilaron, pero mantuvieron la calma. España, caramba, es diferente.

Zapatero ha sido un tanto ingenuo. Su “toque” pareció seguro y suficientemente popular en el retiro de las tropas españolas de Irak, y en acercar a España de nuevo a Europa; o en llevar la economía competentemente, mientras trataba de crear una sociedad más tolerante y decente. Pero en el conflicto vasco, improvisó, y no logró convertir el cese al fuego en un proceso de negociaciones.

Fue debilitado, de manera decisiva, por la oposición del Partido Popular que abordó el problema como un partido de fútbol partidista, más que como un asunto de estado. ELa derecha, todavía sin reconciliarse tras la derrota de las elecciones de 2004, tiene un historial de polarizar deliberadamente la política vasca para reforzar el respaldo en otros sitios, en una España de la que dice histéricamente que está en peligro de desmembrarse. Se negó a incorporarse a las manifestaciones contra el terrorismo el pasado fin de semana, y Mariano Rajoy, su líder,  estuvo cerca de acusar al primer ministro de traición en el parlamento.

Pero no es solo a Zapatero a quien están juzgando los españoles. Esllos esperan un frente democrático común que ponga en su sitio a la violencia, y que aísle al grupúsculo ETA de su red de respaldo político, que quedó en desbandada por el sabotaje. Los líderes de España deben ponerse al nivel de esta difícil situación.
VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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