TEGUCIGALPA. AP. Ni el derrocado presidente Manuel Zelaya ni el mandatario de facto Roberto Micheletti están dispuestos a renunciar, pese a que el jefe de estado electo Porfirio Lobo debería asumir el poder en Honduras el 27 de enero. No renunciaré al mandato que me otorgó el pueblo, expresó Zelaya en un comunicado. No renunciaré, aunque me lo pidan el mundo y algunos países que nos ven con odio, dijo ayer Micheletti a la estación HRN.
Zelaya continúa refugiado en la embajada brasileña tras llegar subrepticiamente a Tegucigalpa el 21 de septiembre. En el comunicado, Zelaya dijo que no renunciará al mandato que me otorgó el pueblo y con dignidad y honor, seguiré defendiendo los principios democráticos y buscando soluciones justas que permitan transformar a Honduras.
Recordó que han transcurrido 170 días desde el 28 de junio, fecha en la que como presidente elegido por el pueblo fui secuestrado y desterrado a Costa Rica por un golpe de Estado militar. Micheletti insistió en que el único que me puede destituir es el congreso.