Zoé Valdez dice Fidel practica la crueldad

Zoé Valdez dice Fidel practica la crueldad

POR FERNANDO QUIROZ
La conferencia “Cuba: ficción y realidad”, de la escritora cubana exiliada Zoé Valdez, desató anoche en la Feria Internacional del Libro la protesta de un grupo de dominicanos simpatizantes del régimen de Fidel Castro, quienes forcejearon hasta el desorden por más de una hora con agentes de seguridad, en un intento por boicotear la actividad.

Se agolparon al pie de la escalera de la Sala de la Cultura del Teatro Nacional, sin que miembros de la Policía Nacional, vestidos de gris, así como de la seguridad privada, con camisetas negras, le permitieran el paso. 

Dentro de la sala, a puerta cerrada, se desarrollaba la conferencia, desde donde se escuchaban los gritos de los manifestantes, “¡Yo quiero subir! !No vamos a soportar censuras!”.

Un coronel del Ejército y un capitán de la Policía dirigieron la operación.

Valdez fue contundente en las críticas a Castro. De Cuba, dijo, sale muy poca información sobre lo que acontece, y

es tergiversada y servil, pues, son, agregó, 47 años de dictadura.

 “Es un régimen de una crueldad tremenda, es un hombre que sencillamente ha utilizado el pueblo de Cuba para hacerlo su finca en la más cochina tradición de su padre latifundista”, dijo.

Cree que el futuro de Cuba tiene que ser donde una vez mas el pueblo pueda llegar a la democracia y que todas las personas mestizas, mujeres, hombres y gente de color, tenga la posibilidad de dirigir ese país.

No cree que otros escritores tengan que disculparse por hablar de la política de sus países.

Sostuvo que no lo hizo Isabel Allende, en Chile, cuando aún habla de lo que fue la dictadura del general Augusto Pinochet. Tampoco, Mario Benedetti, en Uruguay; Gabriel García Márquez, en Colombia y otros escritores latinoamericanos que sencillamente tienen opiniones políticas, o que han sufrido dictaduras.

También dentro de la sala hubo momentos de tensión. Irreverentes participantes no tenían oídos para entender el orden establecido.

El moderador, el subsecretario de Cultura, Avelino Stanley, tuvo que ponerse de pie para contener la avalancha de comentarios de personas a las que no les había concedido turnos para preguntas.

“Ah, yo me sé esa estrategia: Usted lo que quiere es hablar y hablar para no dejarme hablar a mí. Ahora quien hablará soy yo”, expresó Valdez para callar a uno de los participantes, cuyas últimas palabras fueron “No me dejó terminar”.

Ante la mesa de presentación, además de Valdez y Stanley, también estuvieron el director de la Feria del Libro, Alejandro Arvelo; el periodista cubano Camilo Venegas y el escritor Domingo Berigüete.

La sala estuvo repleta, pero muchas personas, incluidos invitados internacionales y periodistas, se devolvieron al encontrarse con el impase.

Se oyó un golpe en la puerta de entrada y todos los asistentes miraron atrás a la expectativa.

Fue cuando un funcionario medio de Cultura cerró la puerta en la nariz a la fotoreportera Carmen Suárez, de Clave, lo que provocó daños al lente de la cámara.

RÉGIMEN/NOVELA

“Bueno, la conferencia la he dado”, dijo Valdez a HOY al término de la actividad. Contó que le gusta hablar de lo que está ocurriendo y ha ocurrido en los últimos años en Cuba y cómo esa realidad influye en su obra como escritora.

 Hizo una especie de relación entre su novela Sangre azul, la que define como muy hermética e irreal, en un momento, expresó, en que no quería que esa realidad que llamó sucia y dictatorial la traspasara.

Entonces creó La nada cotidiana, la que sí observa como una novela catarsis, que le hizo abrir los ojos y decir todo lo que estaba sufriendo, al igual que la gente en Cuba, como fue el “Remolcador 13 de Marzo” (secuestrado por un grupo y entonces hundido por la Marina de Cuba en el 1993).  La escritora Valdez expresó su deseo de que en las conferencias le formulen más preguntas sobre literatura.

Recordó con satisfacción el libro Con Los ojos abiertos, de Margarite Yourcenar (primera mujer que acoge la Academia Francesa).

La autora, recordó, empieza hablando de su perrita, que por cierto se llamaba Zoé, y de sus relaciones, amores, errores, dolores y alegría en la vida. Cuando le preguntan sobre lo que cree que pasa en el mundo responde con sencillez, de manera natural y con todo el derecho que tiene el escritor de hablar lindo.

ADMIRA PERIODISTAS

“Yo admiro y respeto profundamente a los periodistas, porque yo misma ejerzo el periodismo y porque sé de periodistas que murieron en Irak y otros están presos en Cuba”, expresó. 

Cuando un periodista le pregunta sobre lo que sucede en Cuba, ella da su opinión y su visión.

 EN SU CONTRA

Iván Rodríguez, de Solidaridad con Cuba, y de la Unidad del Pueblo, calificó como una vergüenza para la Feria del Libro, la situación presentada, por entender que, incluso, en una ocasión el evento estuvo dedicado a Cuba y nunca se había dado una conferencia “clandestina” o donde sólo se dejara pasar a determinadas personas. 

“Es la primera vez que en la Feria del Libro se da una conferencia de carácter secreto donde el pueblo no puede asistir”, expresó Manuel Colón, de Fuerza de la Revolución.

En tanto que Praedes Olivero Féliz, quien dijo vino desde Barahona a la conferencia, tildó de abuso la decisión de impedírsele la entrada. En Barahona produce el programa radial Orientación popular, por lo que consideró la restricción del paso como una violación a la libertad de expresión.

El joven Emilio Galván, de Brigadas de Abril, consideró   que con esa medida se violaron los derechos fundamentales del ciudadano dominicano, al prohibírsele la entrada a un espacio y a una actividad pública que paga el pueblo con los impuestos.

“Ella está de acuerdo con 45 años de bloqueo criminal al pueblo de Cuba”, eran de las acusaciones que salían desde la caldeada protesta de los manifestantes.

CATRAIN: INTOLERANCIA

El politólogo Pedro Catraín, quien se encontró con el conflicto en su interés por acudir a escuchar la conferencia, planteó que tanto eran intolerantes los organizadores de la Feria del Libro, por no dejar entrar al grupo que exigía paso, como esas personas que no conciben que una escritora puede tener un pensamiento diferente a ellos. Al final Catrain pudo entrar.

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