El abogado Tomás Castro afirmó ayer que la jueza Awilda Reyes Beltré y el exconsejero Francisco Arias Valera, han sido tomados como “chivos expiatorios” en la escala más baja de una estructura judicial que, única y exclusivamente está para garantizar la impunidad de los altos funcionarios.
Atribuyó a “presiones” que se ejercen desde la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y del Consejo del Poder Judicial (CPJ), ambos presididos por el magistrado Mariano Germán, la medida de coerción dictada por el juez de la Instrucción Especial, Ramón Horacio González Pérez, y ratificada por el tribunal que preside el magistrado Ignacio Camacho.
Reveló que una prueba de eso es que el día en que el Ministerio Público, de manera apresurada hizo la acusación contra Reyes Beltré y Arias Valera y estos asistieron a audiencia, algunos jueces de la Corte bajaron de estrados a saludar a sus colegas, imputados de supuesta prevaricación, fueron recriminados inmediatamente por esa acción.
“Es evidente que si lo hicieron en ese momento, no vamos a dudar de que la decisión que le dio como medida de coerción, prisión preventiva a estos jueces, como la decisión que se dio anoche, podría ser el fruto de las grandes presiones que están haciendo la SCJ y el Consejo del Poder Judicial”, subrayó Castro.
Los jueces de la Tercera Sala Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, presidida por el juez Ignacio Camacho, rechazó la madrugada de este jueves la solicitud de variación de medida de coerción hecha por los imputados a través de sus abogados, Castro y Carlos Balcácer.