Académicos de cinco universidades dominicanas pidieron ayer a los ministerios de Educación Superior y de Salud Pública que propicien un compromiso de Estado en la formación de los médicos para disminuir las altas tasas de mortalidad materna.
Ese compromiso debe tocar aspectos relacionados con el respeto a la vida y la no discriminación en la atención.
Al respecto opinan los doctores Miguel Montalvo, Rocío Caridad, Eddy Pérez Then y Justo Nicasio, profesores de la Universidad Central del Este (UCE), la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu), la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA) y la Universidad O&M.
Para el doctor Montalvo es un imperativo revisar el pénsum de medicina de casi todas las universidades del país e incluir la bioética desde el principio de la carrera, para modificar la actitud de los futuros médicos respecto a la vida.
Sin bioética los que egresan de las universidades son técnicos, no profesionales preparados para trabajar con la vida, insistió.
A su juicio, tanto en el nivel de pregrado como de postgrado, los programas de formación médica tienen fallas muy antiguas.
Entre estas citó el patrón tradicional Hipocrático que estimula un paternalismo que hace que el médico crea que el paciente es de su propiedad y que siempre está obligado a seguir sus recomendaciones sin discutir alternativas.
“Esta actitud de la mayoría de los médicos formados en nuestras universidades trae como consecuencia que los pacientes y sus familiares no reciban la debida información sobre su estado, ni se les permita ejercer sus derechos, como en los casos en que desean buscar otras opiniones, conocer el expediente o solicitar la intervención de otros especialistas”, asegura el académico.
Es necesario, dice Montalvo, enfatizar en la responsabilidad que debe asumir el médico para defender la vida y no hacerse indiferente ante la muerte, teniendo siempre presente los fundamentos de la bioética: beneficencia y no maleficencia.
Pero además “pensar que los pacientes son seres humanos a quienes se debe tratar con respeto y dignidad”, refirió el profesor de la UNPHU a propósito de la deshumanización que se le atribuye a los médicos.
Atención primaria. El doctor Pérez Then considera que el trabajo base se hace con el médico, quien no debe ser guiado para que sea especialista, el énfasis debe hacerse para la atención primaria que es donde primero llega la mujer.
“El trabajo debe comenzar desde la academia y hacer énfasis en la formación del profesional que atenderá a la mujer en el nivel primario”, dijo el director de la escuela de medicina de O&M.
Para el académico esta es una responsabilidad que traza el Estado, pues el país está saturado de médicos especializados en áreas tradicionales.
La formación. Para la doctora Rocío Caridad, profesora de Unibe y de la UASD, el tema de la mortalidad materna no se puede reducir solo a la responsabilidad del médico.
Sin embargo, insiste en la necesidad de formar al profesional de la salud con énfasis en la atención y el respeto a la persona que trate.
La formación de pre grado es muy general, aún así, insiste, a los futuros profesionales de la salud se les forma en torno al respecto y la responsabilidad hacia la vida.
El sistema las segrega. Sin embargo, especialistas como el doctor Nicasio, profesor de la UCE, de Unibe y de UTESA, difiere de que las muertes maternas se deban a deficiencias médicas, a su juicio, las mujeres fallecen como consecuencia de un sistema que las segrega.
“En los hospitales las madres no son de nadie, por eso, el tema no es cómo se forma al médico, es lo que él encuentra cuando llega al hospital, eso es lo que se debe discutir”, recalcó. Nicasio aseguró que el Estado tiene responsabilidad en la formación de
recursos humanos.