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La Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) fue entregada a medio terminar por el personal de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe) en agosto del 2016, lo que ha generado protestas en la academia por los múltiples problemas que esto provoca.
Las filtraciones en los techos, las inundaciones cuando llueve, pocos baños, el poco espacio en las aulas, la mala climatización e iluminación han desatado las quejas de los estudiantes y docentes.
Los trabajos de remozamiento comenzaron luego de una campaña iniciada por los estudiantes bajo el lema “Temo por mi vida”, debido al deplorable estado de las instalaciones de la facultad.
Aunque se desmantelaron completas las 54 aulas que tenía Humanidades, las remodelaciones iniciaron por etapas y solo se entregaron 43.
Lo que ha provocado que una gran cantidad de estudiantes continúen recibiendo docencia bajo árboles y en espacios abiertos, informó el decano de la facultad, Ramón Rodríguez.
Rodríguez manifestó que luego de cuatro años de lucha la segunda planta de la facultad continúa sin terminar.
“No se les han puesto los plafones, ni las luces, tenemos que utilizar espacios prestados en la biblioteca para continuar con las labores”, indicó.
Aseguró que la sala de redacción para los estudiantes de Comunicación Social fue habilitada con recursos propios de la Facultad de Humanidades.
“Aún la parte donde va la radio y la televisión está igual que cuando se inició la construcción en el 2014”, dijo Rodríguez.
A pasos lentos avanzan los trabajos de la terminación del remozamiento. Solo un par de trabajadores se pueden apreciar terminando uno de los gazebos requeridos para el descanso de los estudiantes.
Pese a todas las quejas la Oisoe asegura que el recinto está listo para ser inaugurado.
Lo que les entregaron. El vicerrector de Humanidades Augusto Bravo, indicó que luego del remozamiento solo se les entregó “un cascaron de facultad”.
Señaló que para los cientos de estudiantes que reciben clases allí no se crearon suficientes baños, asimismo para los profesores solo crearon dos cubículos con dos inodoro.
Bravo explicó que la climatización de las aulas no es la adecuada, dijo que “las clases se convierten en un caos debido al fuerte calor que hace”.
Las ventanas que colocaron están diseñadas para un espacio con aire acondicionado, no para los abanicos que se utilizan en la universidad, según lo explicado por el aspirante a decano.
Otro punto importante señalado por Bravo fue el tema de las filtraciones, “cuando llueve el agua penetra y llena la faculta; pero esto no es lo peor, cuando se moja el piso se convierte en un peligro donde cualquier estudiante o profesor puede tener una caída con graves consecuencias”, sostuvo.
Asimismo, señaló que la construcción no cumple con los estándares de calidad: las puertas no tienen el ángulo establecido internacionalmente y las aulas no tienen el tamaños adecuado para la cantidad de estudiantes.
La escuela de idiomas. Hace dos años que la escuela de idiomas se encuentra cerrada con zinc, desmantelada para iniciar los trabajos de remodelación y hasta la fecha no se ha hecho nada.
Ramón Rodríguez, informó que para la reparación de la escuela se aprobó un presupuesto a parte de la faculta, lo cual no impidió que quedara abandonada.
“Ahora tenemos un problema peor, porque los estudiantes de la escuela de idiomas están aquí y muchos sin aulas”, manifestó.
El decano prevé que para el inicio del próximo semestre la situación será más caótica debido al incremento de la matrícula.
“Tendremos muchas más secciones en campo abierto, porque cada vez llegan más estudiantes por ser una universidad abierta”, puntualizó el decano.
