El doctor Denis Henshaw, de la Universidad de Bristol, ha publicado un artículo en la revista «The Times» donde asegura que las líneas de alta tensión pueden provocar leucemia infantil, cáncer de piel, cáncer de pulmón y depresión.
Asimismo, calcula que unos 60 suicidios al año en el Reino Unido tienen relación directa con la influencia de estas líneas.
Henshaw afirma que su país registra una media de 8 casos de leucemia infantil relacionados con el transporte de electricidad, 14 cánceres de piel, 400 casos de cáncer de pulmón, cientos de enfermedades relacionadas con la polución, 9.000 casos de depresión y hasta 60 suicidios.
Para el científico, los campos magnéticos que produce la electricidad son mucho más peligrosos que la electricidad en sí misma.
El doctor ha solicitado que se tengan en cuenta estos datos para que en el futuro no se edifique cerca de las líneas de alta tensión.
Lamentablemente, en los países menos desarrollados como los denominados del tercer mundo, vivir cerca de una de esas enormes torres con cables de alta tensión es más común de lo que se cree, basta con salir a cualquier punto del país, por ejemplo, para a lo largo del trayecto divisar decenas de ejemplo, lo peor del caso es que muy poca gente dispone de información que le alerte a buscar un mejor lugar para construir sus casas, por lo general humildes.
Precisamente hay una coincidencia increíble con la procedencia de los pacientes con esta condición de salud: la mayoría dan testimonio de haber pasado mucho tiempo viviendo rodeado de estos cables, muchos manifiestan su preocupación por otros problemas de salud que en ningún momento asociaban con esta fuente, pero que no niegan llegaron a pensar que eran demasiados en cantidad y variabilidad.
Mientras más sano sea el ambiente en el que vivamos, libre de la mayor cantidad de contaminantes posibles estaremos en mejor estado de salud.
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Falta de planificación
En la República Dominicana, sobre todo en la región Este, es común encontrar decenas de casas construidas bajo enormes torres de acero por las que pasan cables de alta tensión.
Esto nos hace inevitablemente pensar en que se debe a la falta de planificación al construir viviendas.
Este factor agrava la situación, pues nos proyecta con continuo desorden en ese sentido, sino son tomadas medidas que reviertan el comportamiento.
Por tanto, debería ser tomado en cuenta por las autoridades competentes y solicitar al Ejecutivo dedicar fondos especiales para la investigación de este problema, que mejor es prevenir que tener que lamentar.
Ojala y se motiven a realizar estudios locales, confiables, que permitan realizar una planificación más que estética, segura para los que tienen propiedades o residen en zonas por donde pasen estos cables.
Muchos le han atribuido a los mismos la negativa característica de liberar altas cantidades de radicales libres y alta frecuencia, lo que convierte la preocupación en un problema que requiere verificación y solución urgentes, por que va más allá de afectar a los que viven en tales condiciones; por que es un problema de interés nacional.