Ginebra. El aumento de las desigualdades de ingresos y del desempleo son los dos mayores desafíos identificados por dirigentes de todo el mundo, según el estudio anual titulado “Proyección sobre la agenda global” del Foro Económico Mundial.
Junto a esas preocupaciones, directamente vinculadas a la marcha de la economía, las tensiones geopolíticas han subido en la lista de los diez problemas centrales a resolver en 2015.
El Foro Económico Mundial organiza en enero próximo, como cada año, su principal reunión anual en Davos (Suiza), que reúne a miles de líderes del mundo de la política, corporativo y de la sociedad civil, que intentarán en cuatro días de intensos debates analizar los problemas más urgentes a resolver y aportar ideas sobre cómo hacerlo.
El resultado del informe publicado hoy muestra que en el último año las preocupaciones políticas han ganado terreno frente a las económicas. Así, las relacionadas a la carrera geoestratégica ocupan ahora el cuarto lugar y la falta cada vez más acuciante de liderazgo el tercero (séptimo el año pasado). “La crisis mundial de liderazgo es una tendencia que toca todos los otros problemas.
El riesgo es que en lugar de innovar y colaborar para enfrentar los desafíos comunes, los países y sus dirigentes busquen respuestas en el aislacionismo, las retóricas nacionalistas y los antiguos hábitos”, según el análisis del Foro.
El mismo estudio identificaba en 2013 las tensiones provocadas por los conflictos en Siria y en África del norte como las principales inquietudes de los dirigentes, además de la creciente brecha entre ricos y pobres.
Las tensiones que se siguen profundizando entre Rusia y Estados Unidos, en el ámbito geoestratégico, así como la progresión del nacionalismo, son las dos nuevas tendencias que aparecen en la investigación realizada este año entre 1.800 miembros del Foro. Por regiones, en Europa, sólo la ausencia de crecimiento económico y el problema sin resolver del desempleo juvenil preocupan más que el deterioro de las relaciones entre la Unión Europea y Rusia.
En Norteamérica, los problemas que se ven como los más graves son, por orden, las desigualdades de ingresos, los cambios geopolíticos y la adaptación al cambio climático.
La corrupción está a la cabeza de las inquietudes de los dirigentes en Latinoamérica, por delante de la pobre calidad del sistema educativo y de las desigualdades.
En Asia también son las tensiones geopolíticas las que acaparan la atención, por delante de las consecuencia de las reformas estructurales de la economía y de la urbanización.
A nivel mundial se observa asimismo que las problemática medioambiental ha ganado importancia, con lo que el aumento de la contaminación, la multiplicación de los fenómenos naturales extremos y la escasez de agua ocupan ahora el sexto, séptimo y noveno lugar, respectivamente, en la lista elaborada por el Foro Económico Mundial.