Uno de cada cinco latinoamericanos o alrededor de 130 millones de personas no han conocido nada distinto a la pobreza, subsistiendo con menos de US$4 al día a lo largo de sus vidas. Estos son los pobres crónicos de la región, que han permanecido en ese estado a pesar de los avances sin precedentes contra la pobreza de América Latina y el Caribe desde comienzos de siglo.
Su situación se torna más precaria a medida que el auge económico que tanto contribuyó a reducir la pobreza comienza a menguar. El crecimiento del PIB regional se redujo desde un 6 por ciento en 2010 al 0.8 por ciento estimado para 2014. Esta contracción probablemente elimine uno de los principales motores detrás de la fuerte contracción en la pobreza: un mejor mercado de trabajo.
Un nuevo informe del Banco Mundial, Los olvidados, pobreza crónica en América Latina y el Caribe, analiza más de cerca a los pobres crónicos de la región, quiénes son y dónde están, y cómo las políticas y el modo de pensar tendrán que cambiar para poder asistirlos de manera más efectiva.
“La pobreza existe y persiste debido a limitaciones tanto dentro como fuera del hogar, desde la falta de motivación y destrezas adecuadas hasta la falta de servicios básicos como agua potable”, dijo Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. “En otras palabras, apoyar a los individuos es necesario aunque no suficiente. También es crucial contar con un contexto propicio que proporcione servicios adecuados. Por lo tanto las políticas sociales y el desarrollo regional deben ir de la mano”.