LOS ÁNGELES. Cuatro décadas después de su «Rumble in the Jungle» («El rugido de la selva»), Muhammad Ali y George Foreman se han convertido en leyendas y figuras icónicas, en parte por su épico combate de peso pesado de boxeo realizado en 1974 en África.
Y mientras que la enfermedad de Parkinson ha silenciado la bravuconería que caracterizó al joven Alí, Foreman ha evolucionado desde un boxeador estoico y callado a un vendedor de parrillas para asados, campeón de los pesos pesados después de rebasar los 50 años, hasta ministro de una orden religiosa.
El jueves se cumplen 40 años desde que Ali noqueó al entonces popular Foreman en un combate por el título organizado por el promotor Don King en la ciudad de Kinshasa, Zaire (actual República Democrática del Congo), patrocinado por el dictador Mobuto Sese Seko.
El 31 de octubre de 1974, Alí noqueó en el octavo asalto a Foreman para reconquistar la corona de los pesos pesados que le había sido arrebatada en 1967 por negarse a ingresar en el ejército de Estados Unidos para luchar en la guerra de Vietnam.
La carrera de Ali fue truncada en su mejor momento durante 3 años y medio debido a su negativa, pero en 1971 la Corte Suprema de Estados Unidos confirmó su condición de objetor de conciencia, dejando listo el escenario para su pelea con Foreman.
Por ese entonces, el ‘Big George’ de Texas no había necesitado más de dos asaltos para ganar o defender la corona. Pero el uso de una estrategia llamada «Rope-A-Dope» (usar las cuerdas para asimilar los golpes), trazada entre Alí y su entrenador Angelo Dundee, vio a Foreman agotarse de lanzar tantos golpes que al final Alí le pudo despachar sin más en el octavo asalto.
– Alí trasciende el boxeo – Ali fue un genio del boxeo y también se convirtió en un símbolo mundial de la grandeza más allá del deporte: un luchador por los derechos civiles y la justicia social, con un legado humanitario que hasta Foreman -quien tardó 20 años en recuperar la corona- no puede negar.
«Muhammad Ali ha sido siempre más grande que el boxeo,» dijo Foreman en un ensayo en su sitio web. «Yo digo que Ali fue el hombre más grande, porque nunca ha habido un hombre tan joven y tan bueno en lo que hacía, e hizo mucho. En un día en que los actores, deportistas, políticos y líderes mundiales estaban tratando de vender refrescos, Ali tomó una posición».
«Yo digo que el boxeo es demasiado pequeño para Muhammad Ali. Él cambió el mundo.
Ningún otro boxeador podía hacer eso», añadió Foreman. En 1990, Ali visitó Irak y negoció la liberación de 14 rehenes estadounidenses en manos de Saddam Hussein. En 2005, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, el más alto honor civil de Estados Unidos.
También en 2005, abrió sus puertas el Muhammad Ali Center en su ciudad natal de Louisville, Kentucky, como un museo en homenaje a su carrera y una base para sus esfuerzos de caridad social.
«Una persona puede cambiar el mundo. Muhammad Ali es un ejemplo vivo de esa declaración», dijo el presidente del Centro Ali, Don Lassere.
En los últimos tiempos han corrido rumores de que Ali, de 72 años, ha estado gravemente enfermo, pero el púgil siempre se encarga de salir a la luz para desmentirlos. «No creas lo que dicen. Estoy teniendo un gran día de hoy», escribió Alí en su cuenta Twitter hace poco, poniendo fotos suyas en una escuela de Louisville y un complejo de descanso en Virginia.
El portavoz de la familia Ali, Bob Gunnell, dijo al diario Louisville Courier-Journal que el ex boeador se encontraba bien. «Su forma de hablar es más bajo en el tono y va disminuyendo según avanza el día. No habla tan bien como lo hace en la mañana», dijo Gunnell. «Pero Muhammad es una persona fuerte para su edad y a pesar de la enfermedad que tiene».
– El nuevo Foreman – Foreman, de 65 años, se retiró del boxeo en 1977 y se ha convertido en un ministro ordenado que maneja un centro de ayuda juvenil.
En 1987, después de una década fuera del ring, Foreman realizó un regreso a los encordados cuando Mike Tyson estaba al frente de la división de peso pesado, y llegó a enfrentar a Evander Holyfield, con quien perdió por decisión en 12 asaltos en 1991.
Pero tres años después, usando el mismo pantalón color rojo con el que había perdido contra Ali 20 años antes, Foreman noqueó a Michael Moorer para ganar la corona de peso pesado a los 45 años, siendo el campeón más viejo de boxeo de esa categoría.
Foreman fue despojado de su título por no realizar las peleas mandatorias (obligatorias), pero su ejemplo sirvió a muchos para encontrar otro sentido a su vida. Su promoción de que el exitoso regreso a su edad se debió a una dieta saludable, atrajo la atención de un fabricante de parrillas para asar carnes y reducir la grasa.
Foreman firmó con este empresario un contrato de patrocinio que se estima le ha hecho ganar poco más de 200 millones de dólares.