Buffet subasta velada en que mayor postor pagó 3,3 millones

Buffet subasta velada en que mayor postor pagó 3,3 millones

El multimillonario Warren Buffet ha subastado a través de eBay for Charity una velada privada en la que el mayor postor, en este caso un anónimo comensal que ha desembolsado 3,3 millones de dólares, podrá compartir mesa con él y, quizás, aprender alguna de las claves de ese savoir faire inversor que ha hecho famoso al ‘Oráculo de Omaha’.
Esta cantidad es la tercera más alta que se ha llegado a pagar por su compañía en estos 19 años. El récord se alcanzó en 2012 y se repitió en 2016, cuando la puja subió hasta los 3,46 millones de dólares, una cifra desorbitada si se compara con los 25.000 dólares con los que ganó el primer afortunado.
Esta iniciativa solidaria fue ideada por la primera esposa de Buffett, Susie, fallecida en 2004, y da la posibilidad al ganador de acudir a la cita con un máximo de siete acompañantes. Todo lo recaudado irá a parar a la organización benéfica Glide, que se dedica a proveer de comida y atención sanitaria a personas desfavorecidas y que gracias a los admiradores del directivo ha sumado a sus arcas en estos años más de 26 millones de dólares.
Los temas de conversación que más se han repetido entre Buffett y sus generosos comensales han sido los relacionados con el mundo de los negocios y el devenir de los mercados. Asimismo, los locales elegidos por el magnate para estos almuerzos tampoco han variado mucho desde el año 2000.
Conocido por decantarse por una dieta, por lo general, poco equilibrada, el presidente de Berkshire Hathaway, ha optado en la mayoría de los casos por el menú carnívoro que ofrece el restaurante neoyorquino Smith & Wollensky -que, por su parte, cada año también dona a Glide cerca de 10.000 dólares-. En la carta de este establecimiento destacan la langosta (un plato de esta exquisitez ronda los 59 dólares) o el solomillo de ternera (uno de sus favoritos, por 49).
Según los testimonios de los ganadores de otras ediciones, en el vaso de Buffett no faltó nunca la Coca-Cola (firma de la que posee una buena cantidad de acciones y bebida de la que se confiesa «adicto») y, en una ocasión, al llegar el esperado momento del postre, únicamente reclamó una cuchara y anunció que «cogería un poco» de cada uno de los que habían pedido sus acompañantes. Cambió su elección en 2010 y en 2011.

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