Tras una semana particularmente tensa para las relaciones entre Canadá y Estados Unidos, la máxima diplomática de Justin Trudeau dijo que las negociaciones por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte proseguirán.
La ministra de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, que llegó a Washington después que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y sus máximos asesores criticaron duramente al primer ministro canadiense, se reunió el jueves pasado con el representante comercial de EE.UU., Robert Lighthizer.
“Hablamos sobre un plan y un camino a seguir”, dijo Freeland a los periodistas frente a la oficina de Lighthizer. “Vamos a hacer un verdadero esfuerzo durante el verano boreal”.
Aunque no se fijó una fecha específica para otra reunión, Freeland dijo que los líderes de los tres países del TLCAN creen que las negociaciones pueden continuar los próximos meses pese a que México celebrará elecciones el 1 de julio.
Llegar a un consenso sobre las revisiones para el acuerdo comercial vigente desde hace dos décadas resultó todo un desafío, en tanto Trump exige que todo acuerdo nuevo venga con una cláusula de vencimiento.
El presidente de EE.UU. también manifestó su voluntad de reemplazar el pacto por acuerdos bilaterales separados con Canadá y México.
Freeland también pasó por el Capitolio el miércoles para discutir sobre el TLCAN y los aranceles de EE.UU. a los metales con miembros del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
La ministra canadiense emprendió su viaje tras una semana de exaltación para los dos aliados.
Trump se retiró del comunicado final de la cumbre del G-7 en un tuit desde el Air Force One el sábado, y Peter Navarro, el asesor comercial de la Casa Blanca, dijo el domingo que había un “lugar especial en el infierno” para Trudeau después que el líder canadiense rechazó los aranceles de EE.UU. a los metales en su conferencia de prensa final. Más tarde Navarro pidió disculpas por su comentario.
Freeland dijo a los periodistas el jueves 14 que Lighthizer y ella también discutieron los aranceles sobre el acero y el aluminio y defendió firmemente la postura de Canadá de imponer aranceles sobre bienes selectos de EE.UU. en represalia a partir del 1º de julio.
Freeland destacó que en la reunión con Robert Lighthizer, que duró una hora, fue «constructiva» y aseguró que Canadá no quiere intensificar la guerra arancelaria con Estados Unidos.
Consultada sobre el futuro del TLCAN y los aranceles, la ministra dijo que se trataba de “dos temas distintos” que iban por “dos caminos totalmente distintos”.
Recientemente, ha aumentado la tensión comercial entre ambos países por la imposición por parte de la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, de aranceles a las exportaciones canadienses de acero y aluminio.