La incorporación de grandes capos como miembros de las instituciones militares y policiales, como Quirino Ernesto Paulino, el puertorriqueño José David Figueroa Agosto, y el español Arturo del Tiempo son pruebas irrefutables de la penetración que ha tenido el narcotráfico en esas y otras esferas de poder del país, como afirmó la semana pasada el presidente de la Danilo Medina.
Otros como Toño Leña, Pascual Cabrera o Winston Rizik operaron de manera tan abierta por sus presuntas conexiones con altos mandos militares y políticos. Los vínculos serían tan graves, que según los informes Wikileaks, en el 2011 el embajador norteamericano en el país, Hans Hertel, le manifestó su preocupación al entonces presidente Leonel Fernández por la situación, e incluso mencionó nombres, a lo que el mandatario le habría expresado su temor a ser depuesto si los destituía.
En el 2013, el general Rolando Rosado Mateo, jefe de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), denunció que un grupo de oficiales superiores, subalternos, alistados y agentes, “actuaban como facilitadores para que una red de narcotráfico sacara cientos de kilos de cocaína del país¨ en complicidad con empleados de la Dirección de Aduanas.
La tapa al pomo se la puso la exfiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, cuando en el 2015 afirmó que en “el 90% de los casos de criminalidad están involucrados policías y militares”. No obstante todavía en el país no se conoce de ningún “pez gordo” que haya sido procesado.
“Rangos” de los narcos. Quirino, detenido el 18 diciembre 2004 con un cargamento de 1,387 kilos de cocaína, fue incorporado al Ejército Nacional (EN) en 1978. En 1996 pasó a la Fuerza Aérea Dominicana (FAD) con el rango de sargento, y en el 2002 volvió al EN ascendido a sargento mayor. Fue destituido ese mismo año por el entonces jefe de la institución, general Manuel Ernesto Polanco Salvador.
En septiembre del 2003, bajo la jefatura de Zorrilla Ozuma, Quirino volvió al EN con el rango de primer teniente, el que ostentaba cuando fue apresado y posteriormente deportado hacia los Estados Unidos donde cumplió una condena.
En 2010 la DEA y el FBI informaron que una mujer vinculada a la red de Quirino, de nombre Gladys Suriel , se fugó con la ayuda de un ex jefe de inteligencia de las Fuerzas Armadas, cuyo nombre no salió a la luz pública.
Quirino también habría financiado las campañas de candidatos de los tres partidos mayoritarios (PRD, PLD y PRSC), a cambio de supuesto “silencio y complicidad”.
En abril de 2004, el jefe de Inteligencia del J-2, mayor general Furcy Castellanos, reveló que las Fuerzas Armadas habrían alertado al entonces presidente Hipólito Mejía, que la DEA estaba tras la pista de Quirino, pero que el mandatario “no se apegó a las recomendaciones de dar los informes debido a la proximidad de las elecciones de ese año”. En el 2014, tras negociar la reducción de su condena en los Estados Unidos, Quirino volvió al país y en una entrevista de televisión que ofreció en febrero del 2015, afirmó haber aportado más de US$4.6 millones en la campaña del PLD para el período 2004-2008, lo cual fue negado por el expresidente Fernández.
Figueroa Agosto. El capo boricua poseía un carnet de la Dirección Nacional de Investigaciones (DNI). En septiembre del 2010, después de más de diez años operando una red, huyó a Puerto Rico. Antes, había ordenado asesinar al excoronel José Amado González González, quien era parte del grupo. Por este caso fueron apresados e investigados los coroneles Miguel Sánchez Martínez, director de Planificación y Operaciones de la DNCD, y Manuel Díaz Medina, jefe de Servicios del aeropuerto de La Romana.
Toño Leña. Ramón Antonio del Rosario Puente, socio de Figueroa Agosto, fue apresado en junio del 2010 y extraditado a los Estados Unidos en el 2012. Se declaró culpable de conspirar para distribuir drogas desde República Dominicana, y a fin de atenuar la pena de 120 meses de prisión que se le impuso, negoció con los federales y ofreció información de sus actividades aquí.
Mediante ese acuerdo de colaboración, Toño Leña habría dado nombres y posiciones de altos funcionarios y oficiales dominicanos implicados en el tráfico de drogas, algunos de los cuales fueron identificados como objetivos del Distrito Sur de Nueva York, revelaron autoridades federales de Puerto Rico en octubre pasado.
Habló de sobornos y préstamos realizados por él a altos oficiales, y como prueba entregó copia de un cheque por más de RD$4 millones que dio a un altísimo oficial dominicana. Las autoridades en el país nunca han dicho “ni esta boca es mía”.
Arturo del Tiempo. El español cabecilla de una red de narcotraficantes internacionales y lavadores de dinero, ostentaba el grado de coronel de la Policía en el país, donde residió desde el 2005 hasta el 2010. Aquí negoció con un banco estatal la construcción de la Torre Atiemar, que fue confiscada luego de que el gestor fuera apresado en España. Los nombres de los funcionarios civiles y militares a los cuales les fueron financiados los 15 lujosos apartamentos de la Torre, se desconocen, a pesar de que el entonces fiscal del Distrito, Alejandro Moscoso Segarra se comprometió a revelar, afirmando que en ese caso “no hay manera de proteger a nadie”. Todavía se le está esperando.