Apellidos sureños en San Cristóbal de los ingenios
Los pueblos del Sur del país sufrieron los rigores de la guerra de la Independencia y también los de la Restauración. Con la estrategia de tierra arrasada, algunos fueron incendiados más de una vez, entre ellos Azua y San Juan de la Maguana, trayendo como consecuencia la pérdida de los registros eclesiásticos y del Estado Civil. Por esa razón, levantar documentalmente la genealogía de las familias sureñas es un imposible. Cabe resaltar que un valioso esfuerzo en el orden de recuperar oralmente la genealogía sureña lo realizó el Ing. Sinecio Ramírez Suazo, ido a destiempo.
Los registros eclesiásticos del partido de los ingenios de Nigua nos ofrecen información parcial pero importante que permite documentar fragmentariamente la genealogía de familias de pueblos del Sur. Para fines de este trabajo, nos limitaremos a los libros de matrimonios, transcribiendo actas de los mismos y relacionándolas, a partir de la base de datos del Ing. Sinecio Ramírez, a sus respectivas familias.
Dice el Ing. Sinecio Ramírez en la página web Genealogía Sanjuanera (http://genealogiasanjuanera.blogspot.com/2004/11/genealoga-sanjuanera.html), en lo que respecta a la suya, que “los progenitores de la Familia Ramírez de Azua, República Dominicana, vinieron de la península de España, vía Cuba en el período de la «España Boba» o sea entre 1810 y 1820”, para más adelante mencionar a “Gregorio Ramírez de Arellano Adames, nacido en Neiba en 1789”. En este orden, en la iglesia parroquial de San Cristóbal consta que el 13-2-1829 se matrimoniaron Ambrosio, hijo legítimo de Claudio Peñalosa, natural de Caracas, y Salvadora Benítez, natural de Azua, y Melchora, hija legítima de Gregorio Ramírez y Juliana Toróco, natural de San Juan de la Maguana; fueron padrinos Juan Calixto Díaz y Anacleta Saldaña (Libro 2, folio 161, acta 289).
A propósito de los Piña citados por Ramírez, localizamos el matrimonio realizado el 11-10-1819 en la ermita de San Cristóbal entre Eugenio Piña, natural de San Juan, hijo natural de María Piña, con Ignacia de la Candelaria, hija natural de Paula María; fueron padrinos Mariano Victorino y Mariana de la Cruz Herrera. Esta pareja fue dispensada en segundo grado de afinidad ilícita en línea transversal el 16-8-1819 (Libro 2, folios 100-101, acta 6).
Ramírez recoge información genealógica de la familia Pérez de Pedro Corto y de Chalona en San Juan de la Maguana. En la ermita San Cristóbal, el 11-11-1815, contrajeron nupcias Marcos Pérez y Antonia Ceballos, viuda de Santiago Ovando, naturales de San Juan. Padrinos de esta unión fueron Manuel de los Santos y Ana Jiménez (Libro 2, folio 74, s/n acta).
Aunque el Peguero es muy de San Cristóbal, Ramírez también lo tiene en San Juan llegado de Monte Cristo (Montecristi?). En la ermita de San Cristóbal, el 11-2-1823, contrajeron matrimonio José, natural de San Juan de la Maguana, hijo legítimo de José Peguero y Teresa Gimenes, con Antonia, hija legítima de Gregorio Cabreras y María Pérez; padrinos Pablo Perdomo y María del Rosario, (Libro 2, folio 131, acta 157).
Un acta interesante es la levantada por el cura de la la iglesia parroquial de San Cristóbal el 22-1-1829. El sacerdote señala que, yendo a confesar, fue traída “del campo a la muerte” Juana Méndez, hija natural de Manuela Méndez, oriunda de Azua, difunta, y que “siendo público el contubernio en que estaba con Bacilio Antonio”, hijo legítimo de Alfonso Mateo y Juana Pineda, naturales de Neyba, le pidieron que los uniera en “santo matrimonio”. Fueron padrinos de esa unión Camilo Pérez y Antonia Pérez.
Instituto Dominicano de Genealogía