CEPAL aboga por la autonomía de las mujeres en América Latina y el Caribe

CEPAL aboga por la autonomía de las mujeres en América Latina y el Caribe

Los países de América Latina y el Caribe deben asegurar la autonomía física, económica y en la toma de decisiones de las mujeres para lograr una verdadera igualdad de género en la región, dijo hoy la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, durante el evento de alto nivel Las mujeres en el poder y en la toma de decisiones: construyendo un mundo diferente, organizado por el Gobierno de Chile en colaboración con ONU Mujeres.

«Después de 20 años de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, las mujeres sabemos qué se necesita para alcanzar la igualdad de género. Ahora es tiempo de actuar», dijo Bárcena, quien explicó que la autonomía física se refiere al ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, la autonomía económica al acceso a ingresos, activos y créditos y la autonomía en la toma de decisiones a la participación en los espacios de poder político.

Se requiere poner el tema de la igualdad de género en el centro de la agenda política, recalcó la máxima representante de la CEPAL, quien copresidió, junto con la Ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) de Chile, Claudia Pascual, la sesión denominada Secretos a compartir: liderazgo de las mujeres en la construcción de una sociedad más igualitaria, que contó con la participación de diversas líderes mundiales, entre ellas, ministras, representantes sindicales, funcionarias internacionales y otras personalidades.

«El cuerpo de las mujeres es su territorio», planteó Bárcena sobre la necesidad de asegurar en los países de la región el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de la población femenina.

Por otra parte, dijo, el principal obstáculo que limita la participación laboral de las mujeres, en igualdad de condiciones que los hombres, es la carga de cuidado de personas dependientes que recae mayoritariamente sobre ellas, subrayó.

De acuerdo con las estadísticas de la CEPAL, una de cada dos mujeres está fuera del mercado laboral en América Latina y el Caribe y una de cada tres no dispone de ingresos propios, mientras solo uno de cada 10 hombres se encuentra en la misma condición.

Un estudio de la CEPAL concluyó que si las mujeres tuvieran el mismo acceso que los hombres al empleo la pobreza disminuiría entre uno y 14 puntos porcentuales en los países de la región, dijo Bárcena.

En términos laborales, señaló, las mujeres se encuentran segregadas horizontal (en sectores de baja productividad) y verticalmente (en cargos de menor jerarquía). Las mujeres se ubican principalmente en sectores de baja productividad como asalariadas (37,6%), por cuenta propia (20,2%) y en el servicio doméstico (10,7%).

Bárcena planteó, como desafío, el desarrollo de sistemas públicos de cuidado y la redistribución del trabajo doméstico y de cuidado entre hombres y mujeres, y entre la familia, el Estado y la sociedad.

Para la CEPAL, el actual proceso de definición de una agenda de desarrollo para después de 2015 representa una gran oportunidad para considerar la participación activa y sustantiva de las mujeres tanto en su construcción como en su implementación, con miras a lograr que hombres y mujeres se beneficien del desarrollo.

«Tenemos la oportunidad de librar a las nuevas generaciones del flagelo de la pobreza, de la desigualdad y de otras crisis mayores y silenciosas como el cambio climático. Tenemos la obligación ética y política de abrir las puertas para que las mujeres puedan ejercer plenamente sus libertadas», dijo.

«Para eso estamos aquí, para comprometernos con nuevos avances, para jurar que no vamos a retroceder, para armarnos con nuevos argumentos y capacidades que nos permitan volver convencidos a nuestros lugares de trabajo de que la igualdad de género es el otro nombre de la libertad y la democracia», concluyó Bárcena.

En la ceremonia de inauguración del evento, que concluye el sábado, participó la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka.

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