Shanghái (China). La nueva línea ferroviaria de mercancías que China acaba de abrir con Teherán vuelve a mostrar la progresiva expansión de la influencia geoestratégica de Pekín por Asia Central y Oriente Medio. La línea, que sigue a las distintas abiertas entre China y Europa (incluyendo la más larga del mundo, que une Yiwu con Madrid), es la primera con Oriente Medio, forma parte del entramado que el gigante asiático está construyendo para llevar su comercio e inversiones por la región euroasiática.
Además, se ha anunciado muy poco después de la visita del presidente chino, Xi Jinping, a Irán, donde el final de las sanciones internacionales por su programa nuclear está abriendo nuevas oportunidades políticas y de cooperación. Esta nueva vía comercial atraviesa en unos 14 días los 10.399 kilómetros que separan Yiwu, uno de los principales centros mundiales de compra minorista de productos de bazar, en el este de China (de donde parte también la ruta hasta Madrid), y Teherán, la capital iraní, donde se espera al primer tren la semana que viene.
El proyecto se enmarca dentro de la estrategia de Xi Jinping de impulsar una nueva “ruta de la seda”, conocida en chino con el peculiar lema de “una franja, una ruta”, por la idea de formar una especie de cinturón logístico para estrechar el comercio y las relaciones por todo el continente euroasiático.
De hecho, el anuncio de la nueva ruta se produce días después de que, a finales de enero, Xi hiciera la primera visita oficial de un presidente chino a Irán desde 2002, con la intención de estrechar los lazos militares y económicos, para lo que este tren tiene un gran papel simbólico.
Con todo, desde el punto de vista chino, no hay que olvidar el papel estratégico que se le da el comercio como “factor de estabilidad” al promover la prosperidad mutua, dijo a Efe el analista David Gosset, fundador de la Academia Sinica Europaea en la escuela de negocios CEIBS.