LA SITUACIÓN DEL PAÍS EMPEORA
Los días martes 20 y miércoles 21 de abril de 1965 se desataron sucesos sucesivos cual eslabones de una cadena presagiosa: el agua potable escasea en la capital, la sequía cumple 5 meses, incendios forestales diezman 150 mil tareas de pinos, la economía empeora, proliferan reuniones conspirativas, se rumora la cancelación de oficiales de San Isidro, el Movimiento Enriquillo se expande y reafirma. El miércoles 21 militares retirados balagueristas –“veteranos”- piquetean el Palacio Nacional y regresa Rosa Balaguer desde Nueva York, hermana de Joaquín Balaguer, para ver a su madre enferma Celia Ricardo. Una comisión de damas balagueristas se reúne este miércoles con el embajador Tappley Bennet para que gestione una cita con el Presidente Reid Cabral y solicitarle que “por razones humanitarias” permita que Balaguer venga al país a ver a su madre. Se supo el martes 20 que había una reunión conspiradora en el Ensanche Ozama “en la casa de un coronel de la aviación”, según informa el mayor Fernández Collado al general Elías Wessin y Wessin, quien lo envía con Antonio Llano Montes a la casa del Presidente, la No. 8 de la calle Cervantes. Le dan números de placas de 16 vehículos. Pensativo, dijo: “Yo sabía ya de estas reuniones”. Llano Montes recuerda que “Esa noche (…) se sentía cansado y daba muestras de importarle poco lo que iba a suceder”. Y el miércoles 21 un cabo del Ejército le informó al General Wessin y Wessin que había estado en una reunión en la que se había decidido el apresamiento del Jefe del Ejército el lunes 26. Alarmado llama a Reid Cabral, le informa y le da garantías de que el cabo es de fiar. El Presidente llama al Jefe del Ejército y lo pone al corriente, y este le dice que sus oficiales son leales y que “el General Wessin ve una conspiración hasta en una sopa”.