Se aproxima la fecha en que habrá de inaugurarse el complejo hospitalario que concentra un conjunto de dispositivos asistenciales donde estará la más alta capacidad resolutiva del sistema de salud de la República Dominicana.
Como muchas cosas en nuestro país esto surge tras una visita del presidente Medina al antiguo hospital Dr. Luis E. Aybar (El Morgan) constatando las condiciones inadecuadas en que se ofrecían los servicios: arrabalización, infraestructura deteriorada, hacinamiento, mugre por doquier. Ya, producto de las múltiples reparaciones en el tiempo, no era posible seguir en la misma tónica, y se decide demoler el hospital para dar paso a uno nuevo.
Aunque la intención inicial era solo hacer el nuevo Morgan, sobre la marcha de manera no planificada o improvisada se fueron añadiendo otros centros y facilidades. Hoy tenemos ahí: Un Centro Clínico Quirúrgico, un Materno Infantil, ampliación del Cecanot, Centro de Patología, área común de manejo de desechos, sistema de seguridad, parqueo soterrado, etc.
Se ha hecho mucho hincapié en la necesidad de desarrollar un potente primer nivel de atención en toda el área de influencia de la Ciudad Sanitaria, pues de lo contrario estos centros estarían rápidamente desbordados por la demanda de servicios asistenciales banales o comunes que impedirían funcionen para lo que se supone fueron diseñados: atención a situaciones complejas de salud de los ciudadanos.
En varias ocasiones se ha señalado esta necesidad antes expuesta, al más alto nivel, la respuesta fue: “que se atienda a todo el que va a buscar asistencia“; dijimos: “si es así entonces nada más debimos construir el Morgan”. ¿Y esto por qué? Porque el nivel de inversión que se está haciendo de alrededor de 12 a 14 mil millones sería un dispendio para atender casos de salud que se pueden resolver en el primer nivel o en un hospital municipal o provincial. Es más, con parte de ese dinero se desarrollaba el primer nivel de atención en todo el Gran Santo Domingo, sirviendo como desahogo a los hospitales especializados hoy sobre demandados.
Por otro lado, dado de que las dos principales maternidades están remodeladas, el hospital de la Mujer, del antiguo Instituto de Seguro Social (IDSS), pasó a la Red Pública, la intención de poner a los hospitales periféricos a realizar los partos de bajo riesgo, la disminución de los nacimientos en esas maternidades, habría que repensar hacer un nuevo materno infantil, y dedicar ese nuevo centro a otro tipo de atención, pero se desestimó, por la incapacidad de reconocer cambios en el contexto actual, no rectificamos a pesar de que la realidad nos da en la cara, luego lamentamos.
El recurso humano es de capital importancia para que esos centros funcionen adecuadamente. En lo relativo al antiguo Morgan se planteó la necesidad de depurar con rigor los empleados que están dispersos en varios hospitales e incluso en su casa cobrando, muchos de ellos con todos los vicios del mundo, razón, en parte, del colapso económico que tenía el hospital de marras.
El financiamiento del complejo, asumido directamente por la Presidencia, es algo preocupante porque es poco probable su sostenibilidad, si no se aumenta la inversión en salud. Imperativo buscar la fuente de financiamiento para evitar un Óbito o natimuerto.