Clientelismo

Clientelismo

De las irregularidades detectadas en una auditoría ordenada por la Ministra de Salud, Altagracia Guzmán Marcelino, a la nómina de las regionales 4 y 8 de esa cartera, sobresalen las 50 personas fallecidas que todavía cobran sus salarios. El dato, como era de esperarse, despertó el interés de quienes participamos esta semana en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, donde también nos enteramos de que otras 25 personas cobran todos los meses a pesar de que residen en España y Estados Unidos. Y si eso es tan solo en dos regionales, nos preguntamos, ¿cuántos de los 73 mil empleados de Salud Pública (muertos incluidos) cobran sin trabajar? Para obtener esa información la ministra dispuso que en enero el pago se haga de manera presencial, cara a cara, para poder establecer qué hace cada quien y donde. Pero los muertos que cobran y los residentes en España y Estados Unidos que reciben sus salarios aunque estén muy lejos del Ministerio de Salud son, como quien dice, un simple episodio anecdótico. Sobre todo cuando se comparan con “el barril sin fondo” en el que se ha convertido el Programa Protegido, diseñado para dar cobertura de medicamentos a pacientes con enfermedades de alto costo, que la funcionaria mandó a suspender temporalmente debido a una serie de irregularidades en su aplicación, como la entrega de medicamentos por un monto de tres millones de pesos a una persona ya fallecida. ¿Cuántos “macos” más habrá en un programa que tiene un presupuesto de más de mil millones de pesos? Eso tal vez no lo sepamos nunca, pues se considera de mal gusto que entre compañeros de partido se aireen los trapos sucios, mucho menos si también huelen mal. Pero una cosa sí quedó clara tras la visita de la doctora Guzmán Marcelino: no es necesario estar vivo para beneficiarse de un clientelismo que los peledeístas, definitivamente, han llevado a dimensiones hasta ahora desconocidas.

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