Estrasburgo, Francia. EFE.- La Comisión Europea (CE) adoptó hoy un plan de inversión de 315.000 millones de euros para los próximos tres años con el que espera crear hasta 1,3 millones de empleos nuevos y sumar hasta 410.000 millones al PIB comunitario.
El plan es una apuesta personal del presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, quien lo presentará mañana oficialmente ante el pleno de la Eurocámara, junto con el presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Werner Hoyer.
La iniciativa, anunciada por Juncker el 15 de julio en el Parlamento Europeo (PE) antes de recibir la confirmación como nuevo presidente de la CE, ha sido acelerada dada la renqueante economía europea y la falta de inversiones, que han bajado un 15 % desde los niveles de 2007, anteriores a la crisis.
El Plan de Inversión para Europa se apoyará en el BEI, con sede en Luxemburgo y la máxima nota crediticia, la triple A, a fin de atraer a partir del año próximo inversiones para financiar proyectos en áreas clave como las infraestructuras de transporte, banda ancha y energía, innovación e investigación, renovables y eficiencia energética o educación, entre otros.
Para ello se creará un vehículo de inversión nuevo, el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas, que estará gestionado por el BEI y cofinanciado por este banco y la CE, que contará con 21.000 millones de euros como palanca para atraer más inversiones.
Los estados miembros, los bancos nacionales públicos -como el Instituto de Crédito Oficial (ICO) en el caso de España-, las autoridades regionales e inversores privados podrán participar en este instrumento, sin que cuente para los estados como déficit la aportación de capital, considerada una inversión estadísticamente.
En cambio, el dinero que destinen los países a cofinanzar proyectos concretos sí computará en su déficit y deberá ajustarse a las normativas europeas de ayudas de Estado.
Uno de los objetivos era no poner en riesgo la triple A del BEI y así el nuevo fondo proporcionará una protección parcial ante el riesgo en el que incurrirá el banco.
Lo hará a través de una garantía de 16.000 millones de euros procedentes del presupuesto de la Unión Europea (UE) y de 5.000 millones de euros por parte del banco.
Los 16.000 millones de euros están provisionados al 50 %, es decir con 8.000 millones de euros.
De estos, 2.000 millones salen del margen que hay en los presupuestos anuales de la UE hasta alcanzar el techo de gasto, 3.300 millones del programa “Conectar Europa” de infraestructuras y otros 2.700 millones de “Horizonte 2020” de investigación e innovación.
El fondo no emitirá bonos para financiarse, sino el banco, explicaron fuentes de la UE, que calculan que los 21.000 millones tienen un efecto que multiplica primero por tres el volumen disponible, hasta 63.000 millones, y éstos a su vez uno por cinco, llegando a apalancar 15 veces los recursos iniciales.
La idea es hacer inversiones de largo plazo por unos 240.000 millones de euros y apoyar con otros 75.000 millones a pymes y empresas de mediana capitalización cuando el fondo esté operativo a mediados de 2015.
No habrá cuotas por países ni límites en la distribución geográfica de los proyectos o topes en los montos que recibirá cada Estado miembro a la hora de decidir qué programas se beneficiarán del plan.
El principal criterio será que sean económicamente viables, para la economía real y de calidad, dijeron fuentes de la UE. La CE, el BEI y los países han creado un Grupo de
Trabajo de Inversión, que estudia los posibles obstáculos a la inversión, y ha efectuado un primer análisis de una lista de potenciales proyectos que han enviado los países miembros a Bruselas.
Se creará una plataforma con los proyectos que pueden o no ser financiados bajo el plan (también se pueden emplear instrumentos ya existentes), pero que permitirá a los inversores públicos y privados acceder a la información sobre las diferentes iniciativas.
Será una Comisión de Inversión del nuevo fondo la que seleccionará, comprobará la calidad y la viabilidad y validará cada proyecto, indicaron las fuentes.
Éstas consideran que el plan “es creíble” y el “tamaño bueno” al tratarse de una inversión que “la economía real europea puede absorber de forma realista en los tres próximos años” y que puede aplicarse “rápidamente, ya a mediados de 2015” si los estados miembros dan su visto bueno a la iniciativa en la próxima cumbre de los días 18 y 19 de diciembre y la Eurocámara también la acepta.
Ahora serán los inversores los que decidirán si el proyecto de Juncker tiene más visos de éxito que el plan europeo para el crecimiento y el empleo acordado en la UE en 2012, dotado de 120.000 millones de euros y que, con un aumento de 10.000 millones del capital del BEI, debía atraer una financiación adicional de 60.000 millones.