Consultorio Ecológico

Consultorio Ecológico

Eleuterio Martínez

P. Profesor, hay cosas insólitas que están pasando en el mundo sin que nos percatemos ¿es cierto que los mares y los océanos se están quedando sin oxígeno?

R. No hay dudas de que estamos empujando el final de la vida en el planeta. Es una realidad que no quisiéramos ver, pero los científicos se están encargando de mostrárnosla: océanos y mares se están quedando sin oxígeno.
Anteriormente eran los profetas, adivinadores y cosas parecidas quienes nos advertían de que el tiempo del fin está próximo; pero ahora, los catastrofistas no proceden de las iglesias, si no de las academias, de las principales universidades y centro de investigación existentes en el mundo.
La mundialmente famosa revista científica Science acaba de publicar un estudio internacional cuya conclusión principal, establece:
“El volumen de agua de mares y océanos que está completamente desprovisto de oxígeno (anóxico) se ha más que cuadruplicado en los últimos 50 años. A medida que el agotamiento del oxígeno se vuelve más severo, persistente y generalizado, una mayor fracción de mares y océanos pierde su capacidad de soportar biomasa; es decir, la diversidad de animales, plantas, algas y microorganismos que convierten a estas aguas en fuente de recursos y regulador natural del planeta”.
La humanidad debe hacer conciencia de que los océanos y mares son los grandes vientres de la naturaleza, donde se teje y entreteje la vida, pues todas las expresiones biológicas que existen en tierra firme, tienen sus ancestros allí.
Es decir, si en algo los biólogos y los evolucionistas se han puesto de acuerdo, es que la vida se originó en el mar y desde allí colonizó la tierra. Eso nos indica que si la vida comienza a mermar en los océanos, en esa misma medida, entra en riesgo la vida terrestre.
Las amenazas del cambio climático estamos acostumbrados a verlas, por lo general, en el ámbito terrestre, pues las evidencias no dan lugar a dudas y a diario vemos sus manifestaciones en todas las latitudes, pero hasta ahora, no sabíamos que el mar fuera un blanco tan directo como está ocurriendo.
Independientemente de que creamos o no, tenemos que comenzar a rezar con tiempo, pues los académicos son más catastrofistas cuando de cambio climático se habla y todos los días amanecen con una amenaza nueva. ¿Podremos hacer algo antes de que sea demasiado tarde?
En nuestro comportamiento reside la respuesta…

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