Cuando David Ortiz fue dejado libre por los Mellizos de Minnesota en el invierno del 2002, muchos, incluso el mismo jugador de Haina, pensaron que su carrera había terminado.
Sin embargo, a base de trabajo duro y mucha insistencia, Ortiz ganó un puesto de titular un año más tarde con los Medias Rojas de Boston… y el resto ya es historia.
Trece años más tarde, Ortiz se encuentra jugando su última temporada en la Gran Carpa, un retiro anunciado voluntariamente, en una campaña en la que literalmente está demostrando qué tan equivocados estuvieron los Mellizos al despedirlo en el 2002.
“Podemos decir que David es un ejemplo de dedicación y de persistencia, por estar prácticamente fuera del béisbol y pudo hacer una carrera del Salón de la Fama”, dijo el analista de béisbol, Rolando Guante.
Y así es, con 534 cuadrangulares de por vida, el bateador designado de los Medias Rojas de Boston tiene además en su historial 1,743 remolcadas, 626 dobles y 1,404 anotadas.
Además tres anillos de campeón y un premio al Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato del 2004 y de la Serie Mundial en el 2013.
En su temporada de despedida, Ortiz no ha cedido ni un solo centímetro en términos de producción.
De hecho, está teniendo una de las mejores campañas de su carrera.
Con un promedio de bateo de .313, de embasarse de .400 y de slugging de .622, Ortiz compila un OPS de 1.022 con el que lidera la Liga Americana.
También tiene 31 cuadrangulares y 42 dobles junto a 102 remolcadas.
Sume a ello 64 anotadas y un total de 139 imparables y Ortiz verdaderamente redondea una campaña de ensueño para la que está siendo considerado como candidato al premio al Jugador Más Valioso del joven circuito.
Guante resalta las condiciones de Ortiz como unbateador que combina varias facetas importantes del bateo, incluyendo la capacidad de alcanzar base, de batear para poder y de sumar muchos batazos de extrabases.
En sentido general, David Ortiz se está despidiendo como más que un grande, como un persistente, como un futuro inmortal.