Zaragoza. Los deportistas de elite, que realizan entrenamientos muy exigentes, viven un 40 por ciento más que la población general, además de presentar un menor riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y por cáncer, según una investigación de la Universidad de Zaragoza.
El estudio, que analiza los datos de 42.000 deportistas de todo el mundo, principalmente hombres, participante en el Tour de Francia, Juegos Olímpicos y campeonatos internacional, además de jugadores de fútbol y béisbol, ha sido publicado en la prestigiosa revista de la Clínica Mayo, Mayo Clinical Proceeding, ha informado la institución académica zaragozana.
Este meta-análisis sobre un total de diez estudios ha sido dirigido por Nuria Garatachea, profesora de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad de Zaragoza e investigadora del Grupo de investigación Genud (Growth, Exercise, Nutrition and Development) de la misma institución.
Además de vivir un 40 por ciento más que la población general, los deportistas de elite tienen un 42 por ciento menos riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y un 37 por ciento menor de cáncer.
En este pionero estudio, en el que se aporta información precisa sobre el riesgo de mortalidad en deportistas de elite, se pone de manifiesto que existe una “fuerte evidencia epidemiológica sobre la importancia de la actividad física regular y moderada”, han agregado las mismas fuentes.
Entre otras actividades, citan el caminar o trotar, en el manejo y la rehabilitación de enfermedades cardiovasculares y en la disminución del riesgo de muerte por enfermedades tales como hipertensión, accidente cerebrovascular, y diabetes tipo 2.
Las principales recomendaciones internacionales de actividad física aconsejan 150 minutos semanales de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física intensa. Sin embargo, han señalado las mismas fuentes, existe una “gran controversia” sobre los efectos que tienen los entrenamientos que realizan los deportistas de elite que compiten a alto nivel, que son muy intensos y que, además, se mantienen durante muchos años.
Y es que hay una “creciente evidencia” sobre que el ejercicio de resistencia intenso produce alteraciones cardiacas, principalmente fibrilación auricular.
Este trabajo “no apoya la hipótesis de que el entrenamiento de alto nivel sea dañino para el corazón”, han afirmado desde la Universidad de Zaragoza. Tras este macro estudio, los investigadores concluyen que, a partir de la evidencia científica disponible actualmente, los deportistas de elite viven más que la población general.
Esto indica según la investigación que los efectos del ejercicio sobre los beneficios para la salud no solo se limitan a dosis moderadas sino que parece que también son extensibles a mayores dosis, al menos en el caso de estos deportistas.
La directora del trabajo también resalta y advierte de que se necesita más investigación en este sentido en cohortes más homogéneas y con igual representación de mujeres y hombres. De hecho, en este estudio, con un total de 42.000 deportistas, tan solo cerca de 800 son mujeres.
En este trabajo ha colaborado el profesor Alejandro Lucia y su grupo de la Universidad Europea de Madrid, con el que continuarán investigando en esta línea para intentar aportar datos a la comunidad científica sobre la dosis óptima de ejercicio para mejorar la salud de la población en general.